Políticas para la implementación de fuentes energéticas renovables no convencionales
Autor | Eduard Aristizábal B./Leonardo Güiza-Suárez/María Alejandra Hernández Muñoz |
Cargo del Autor | Director general de funcener/Profesor principal de la Universidad del Rosario/Estudiante de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario |
Páginas | 41-65 |
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Capítulo 3
Políticas para la implementación de fuentes
energéticas renovables no convencionales
Eduard Aristizábal B.
Director general de funcener
Leonardo Güiza-Suárez
Profesor principal de la Universidad del Rosario
María Alejandra Hernández Muñoz
Estudiante de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario
Resumen
En los comienzos del desarrollo energético de la humanidad, nos abas-
tecíamos de forma distribuida: cada persona o pueblo producía su
misma energía. Con el pasar del tiempo, debido al crecimiento urbano
y el aumento en la demanda de bienes y servicios, se vio la necesidad
de cambiar este modelo a la generación centralizada, siendo la regla
general hoy en día, a partir de la cual desde grandes plantas se distribuye
la energía por extensos territorios a diferentes centros urbanos.
La necesidad mundial de buscar alternativas al futuro desabasteci-
miento de los recursos fósiles, sumada a la problemática ambiental que
se ha creado a partir de su explotación, ha llevado a regresar al modelo
de generación distribuida de energía. Teniendo en cuenta lo anterior,
este trabajo busca describir las políticas macroeconómicas del modelo
Energías renovables no convencionales y cambio climático: un análisis para Colombia
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centralizado y de distribución. Una vez estén claros estos modelos, y
teniendo en cuenta el “Plan de integración de fuentes no convencionales
en Colombia” realizado por la Unidad de Planeación Minero Energética
—upme—, se estudiará su aplicación en el país, qué modelo acoge, y si
este es realista y razonable para la realidad y las necesidades energéticas
existentes.
Palabras clave: cambio climático, energías renovables no convencionales,
generación centralizada, generación distribuida.
Introducción
Cada día el mundo enfrenta nuevos desafíos; por varias décadas hemos
estado luchando por contrarrestar los daños ambientales que provo-
camos y que hoy seguimos causando con la contaminación producida
en la búsqueda de generar energía para satisfacer nuestras necesidades.
Esta lucha ambiental se acompaña de la necesidad de responder a la de-
manda energética, que día a día va aumentando, siendo difícil pensar en
un futuro en el cual el gasto de energía disminuya.
Por más de dos siglos, hemos venido utilizando los combustibles fósiles,
como el petróleo, el carbón, el gas natural y, más recientemente, la energía
nuclear para generar energía. Estas fuentes, aparte de ser no renovables,
son altamente contaminantes, ocasionando un fuerte impacto en el cam-
bio climático, pero por su uso común, su efectividad y su precio siguen
utilizándose, y por regla general son la principal fuente de energía dentro
de la matriz energética mundial (International Energy Agency, 2016a).
En el mundo, alrededor de un 66 % de la energía es generada por me-
dio de combustibles fósiles, seguida por las plantas hidroeléctricas con un
16,6 % y las nucleares con un 10,6 %, dejando solo un 6,3 % a otras fuentes
(International Energy Agency, 2016a), siendo estas últimas las no conven-
cionales y por pauta general las que tienen su fuente en recursos renovables.
En Colombia, estos porcentajes no son muy diferentes. Según la
Unidad de Planeación Minero Energética ——,1 para el 2012 la
producción y la explotación energética del país estaba constituida en
1 Unidad administrativa especial, adscrita al Ministerio de Minas y Energía de Colombia,
creada por el Decreto 2119 de 1992 y regulada por la Ley 143 de 1994.
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