Presentación
Autor | Helena Alviar García - Julieta Lemaitre Ripoll - Betsy Perafán Liévano |
Páginas | vii-x |
vii
Presentación
Presentación
Helena Alviar García, Julieta Lemaitre Ripoll, Betsy Perafán Liévano
en Colombia. Además de una mirada panorámica (Anto-
nio Barreto), incluye detallados capítulos sobre las ramas
Ejecutiva (Miguel Malagón y Diana Durán), Legislativa
(Andrea Celemín), Judicial (Isabel Jaramillo) y sobre par-
ticipación ciudadana (Christian Uribe, Laura Wills y Mó-
nica Pachón). En estos capítulos se describen y critican
las distintas ramas del poder público y los organismos de
control; se explica cómo se ejerce el poder a través de
estas instituciones, de acuerdo con la Constitución, y se
examina si ello quiere decir que se ejerce el poder con
el consentimiento de los gobernados, es decir, de forma
legítima.
Constitución y justicia
Las sociedades contemporáneas presuponen que las re-
glas de distribución del poder y los recursos deben pare-
cer justas a los asociados y garantizar de manera prácti-
ca a todos ellos la posibilidad de tener una vida buena,
dentro de las variaciones culturales e históricas del mo-
mento. Es en la justicia o la percepción de justicia donde
se juega su legitimidad una Constitución, y existe una
nutrida literatura sobre el origen y la reproducción de la
legitimidad del poder, es decir, sobre el consentimiento
de los gobernados. Esta literatura está atravesada por la
pregunta por la justicia: según Rawls, la justicia es la vir-
tud que hace legítimas las instituciones. Esta justicia no
se predica solo de la forma como los gobernantes ejer-
cen su poder sobre individuos y agrupaciones; se predica
Las democracias contemporáneas se fundan en una
Constitución, por lo general, escrita, y la Constitución se
convierte en el referente obligado del ejercicio del po-
der legítimo, es decir, del ejercicio del gobierno con el
consentimiento de los gobernados. La Constitución crea
las instituciones que rigen las sociedades contemporá-
neas, les asigna sus funciones y diseña las relaciones en-
tre ellas. Su vocación es limitar el poder de los hombres
y mujeres que gobiernan, límite que queda en el texto,
a la manera de un contrato, con deberes y obligaciones
mutuas, cuya forma básica tiene sus raíces lejanas en el
medioevo europeo con los acuerdos entre las ciudades
y los señores feudales y entre estos y sus reyes. Como en
estos acuerdos medievales, las Constituciones contem-
poráneas delinean las libertades de los individuos y las
colectividades frente al poder armado del soberano y, al
mismo tiempo, declaran que este poder es legítimo. A
partir del siglo XX, muchas Constituciones, además, inte-
gran en este contrato promesas de inclusión y represen-
tación para las minorías, así como herramientas para la
distribución de recursos entre ciudadanos.
Las Constituciones contemporáneas tienen en común la
división del Estado en diferentes ramas del poder públi-
co. Varias incluyen instituciones destinadas a controlarlas
y vigilarlas, así como sistemas de control mutuo, llama-
dos de frenos y contrapesos. Como este es el caso de la
Constitución colombiana, este libro hace una revisión
detallada de la forma como se organiza el poder político
Para continuar leyendo
Solicita tu prueba