Presentación: Literatura, arte y lenguaje - Núm. 17, Septiembre 2015 - Revista CS de Ciencias Sociales - Libros y Revistas - VLEX 644437821

Presentación: Literatura, arte y lenguaje

AutorLuis Fernando Barón Porras
CargoUniversidad Icesi, Cali
Páginas11-15
1. “(…) después de haber recibido varias miles de declaraciones y testimonios, de haber ve-
ricado o determinado la existencia de cientos de lugares clandestinos de detención y de
acumular más de cincuenta mil páginas documentales… bien debemos esperar de la justicia
la palabra denitiva, [pero] no podemos callar ante lo que hemos oído, leído y registrado;
tolo lo cual va mucho más allá de lo que pueda considerarse como delictivo para alcanzar
la tenebrosa categoría de los crímenes de lesa humanidad” (Ernesto Sábato, 2015)
2. ¿Verdad que la noche está llena de pecados, Justina?...
¿Y qué crees que es la vida, Justina, sino un pecado?
¿No oyes? ¿No oyes cómo rechina la tierra?” (Rulfo, 1988:130)
Pedro Páramo abrió la puerta y se estuvo junto a ella (…). Vio sus ojos apretados como
cuando se siente un dolor interno; la boca humedecida, entreabierta, y las sábanas
siendo recorridas por manos inconscientes hasta mostrar la desnudez de su cuerpo que
comenzó a retorcerse en convulsiones (Rulfo, 1988:131).
3. “Miro un retrato: todos están muertos:
poetas que adoró mi adolescencia.
Ojeo un álbum familiar y pasan
trajes y sombras y perfumes muertos.
Desangrados de azul yacen mis sueños” (Echavarría, 1996).
4. “(…) hablamos sobre el sistema de pintura a la aguada, porque hay muchas personas, que
no dedicándose profesionalmente a la pintura, propiamente dicha, querrán hacer uso del
procedimiento del lavado o aguada, que es siempre más manual que el óleo y más fácil en
su ejecución (Serrano, 1985).
5. “En ese momento tocaron un vals del país y todos los jóvenes se apresuraron a sacar parejas
entre las ñapangas más agraciadas. Algunos usaban ruanas y todos bailaban con el som-
brero puesto y el cigarro en la boca… Las señoritas que acompañaban miraban en silencio
aquella escena, y se sentían naturalmente vejadas y chocadas al ver que los jóvenes que
las visitaban eran tratados de igual a igual por aquellas mujeres” (Acosta de Samper, 1887).
6. “Santísimo Justo Juez, hijo de Santa María…
[Que] Mi cuerpo, no sea herido ni preso, ni
a la vergüenza de la cárcel puesto.
Presentación
CS / ISSN 2011-0324 / Número. 17 / 11 - 15 / Septiembre - Diciembre, 2015
DOI: http://dx.doi.org/10.18046/recs.i17.2110

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR