La prudencia de los incautos - Artículos de Baldomero Sanín Cano en la revista Hispania - Años de vértigo. Baldomero Sanín Cano y la revista Hispania (1912-1916) - Libros y Revistas - VLEX 857284213

La prudencia de los incautos

AutorRafael Rubiano Muñoz/Juan Guillermo Gómez García/Baldomero Sanín Cano
Cargo del AutorSociólogo y magíster en Ciencia política de la Universidad de Antioquia/Abogado de la Universidad Externado de Colombia con estudios de filosofía en la Universidad Nacional de Colombia/Autor
Páginas252-256
252
LA PRUDENCIA DE LOS INCAUTOS
Revista Hispania, n.º 42, Londres, 1 de junio de 1915, pp. 1382-
1383.
los sudameRIcanos que viven en Europa y pueden escribir en
los diarios y periódicos que circulan vastamente en el otro lado
del mar, tienen para con sus coterráneos la obligación de señalar
los peligros que corren aquellas naciones en sus intimidades con
Europa. Las más de las veces no serán oídos. Eso no importa.
La misión del periodista, en caso de que haya una verdadera misión
para los del oficio, tiene las apariencias de un sacerdocio, y una de
las miserias con que el sacerdote ha de luchar ordinariamente es la
que le hacen sufrir la indiferencia del público y la incapacidad orgá-
nica de las multitudes para recibir las verdades de alcance remoto.
La guerra es por su origen, por su desarrollo, por las tenden-
cias que han manifestado algunos beligerantes, una continuada
admonición para los países sudamericanos. Sin embargo, los avisos
que la guerra envuelve no siempre van en forma perceptible para
todos. Es preciso desentrañar su sentido, explicarlo a las gentes,
desembarazándolo de muchos incidentes que suelen hacerlo ina-
sequible al común de los lectores.
Acaba de ocurrir en Alemania un suceso en apariencia insigni-
ficante para la política universal y que, sin embargo, puede tener
vasta influencia en la vida de los pueblos. Un caballero alemán (de
industria, según parece), llamado Possehl, había logrado hacerse
a una posición en la ciudad anseática de Lübeck, donde ejercía
el cargo de Senador. Senador, en las ciudades anseáticas, que se
gobiernan a sí mismas y tienen escasos vínculos con el Imperio, es

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