Rasguñando lo público: negociaciones precarias en las conciliaciones de alimentos - Segunda Parte - La batalla por los alimentos. El papel del derecho civil en la construcción del género y la desigualdad - Libros y Revistas - VLEX 777629049

Rasguñando lo público: negociaciones precarias en las conciliaciones de alimentos

AutorLina Buchely Ibarra/Nathaly Figueroa Puentes/Mónica García Betancourt/Karen López Ramírez/Leidy Rodríguez Márquez
Páginas127-149
INTRODUCCIÓN
Era viernes en la mañana. No llegaba nadie aún a la Casa de Justicia de
los Mangos del distrito de Agua Blanca, en Cali. Lo primero que se puede
ver al entrar a la construcción, ubicada justo detrás de una gran estación
de policía, es el lema “La justicia entra por casa”. Las casas de justicia se
perciben como lugares en los que la justicia se acerca a las personas más
pobres. Algo así parece recordar el portero de la casa, para quien es evi-
     
ayuda a familias pobres en problemas”, expresa.
Éramos un equipo de más o menos veinticinco personas, entre ellas los
estudiantes del Consultorio Jurídico de la Universidad Icesi, que teníamos
el propósito de desarrollar una brigada de conciliación. La gente empezó
a llegar antes de las ocho de la mañana. Nosotros estábamos organizando
los computadores y las máquinas para imprimir las actas de conciliación.
El director de la casa de justicia había asignado las citas, y cuando el reloj
fue indicando a quién le correspondía el turno, empezamos a mediar en-
tre personas que no se miraban. Todas las solicitudes eran de alimentos.
De personas que tenían hijos en común, muchos historias de afecto en co-
mún, matrimonios, deudas conjuntas… pero, sin embargo, no se miraban.
No podían mirarse, hablarse el uno al otro. La justicia que “entra por casa”,
como decía el lema de la entrada, era la justicia del derecho de familia: cus-
todias, cuotas de alimentos, matrimonios, divorcios. Era extraño porque
estos no son los límites en términos de competencia de las casas de justicia.
La casa de justicia evocaba, además, un Estado fragmentado. Al entrar,
una cartelera usaba la casa como metáfora y organizaba las instituciones
presentes en la construcción por pisos, con un sentido de hogar. No pa-
recía intrascendente que el “Estado” diseñado para las mujeres fuera una
casa, porque sí, “aquí más que todo lo que vienen son muchachas”, nos
informaron.
la batalla por los alimentos.indd 127 21/03/18 9:39 a.m.
Fuente: Foto tomada por Lina Buchely, archivo personal.
Una de las paradojas de esta situación iba a ser cómo, en el trascurso de
la mañana, esas historias de amor fallidas tenían que cruzarse, en el mis-
mo piso, con mujeres en vestidos blancos y ojos ilusionados, que llegaban
con sus familias de ocho, diez y más personas a presenciar su matrimonio
colectivo.
Ese lugar que había escuchado los reclamos de amores rotos, al medio-
día albergaría nuevos amores que iban a ser parte del matrimonio colecti-
vo que celebraría el juez civil, como lo hacía todos los viernes de cada mes.
Había torta y vino modestos ubicados en el centro de una mesa mediana
en el salón principal, mientras tanto las personas seguían llegando con
sus mejores galas, soportando los más de treinta grados centígrados de
ese día.
La ceremonia fue cálida y corta. El juez habló del amor, de las prome-
sas, de las obligaciones del matrimonio, y también dijo “no los quiero ver

de justicia: no los quería ver nunca más en un lugar donde se tramitaban
problemas familiares.
128
La batalla por los alimentos
la batalla por los alimentos.indd 128 21/03/18 9:39 a.m.

Para continuar leyendo

Solicita tu prueba

VLEX utiliza cookies de inicio de sesión para aportarte una mejor experiencia de navegación. Si haces click en 'Aceptar' o continúas navegando por esta web consideramos que aceptas nuestra política de cookies. ACEPTAR