Reflexiones sobre el alcance y la fiabilidad del dictamen psiquiátrico forense
Autor | Wilson Alejandro Martínez Sánchez |
Cargo del Autor | Abogado egresado de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad Colegio Mayor de Nuestra Señora del Rosario |
Páginas | 159-295 |
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Capítulo III
Reexiones sobre el alcance y la abilidad
del dictamen psiquiátrico forense
A pesar de que casi todas las legislaciones en Europa y América Latina han
adoptado el principio de libertad probatoria, y la sana crítica como criterio
de valoración de las pruebas,1 el dictamen psiquiátrico continúa siendo un
medio de prueba imprescindible en la determinación de la imputabilidad del
procesado. De hecho, aun cuando la ley no lo exija expresamente, es difícil
encontrar a un juez que se atreva a pronunciarse sobre la imputabilidad
sin haber recibido el dictamen de un psiquiatra sobre el estado mental
del acusado.2 Por esta razón, en este capítulo se intenta explicitar algunas
consideraciones que pueden poner en discusión la abilidad de los juicios
emitidos por los psiquiatras sobre la “normalidad” mental de un individuo
y, más concretamente, sobre la capacidad de una persona con trastorno
mental para comprender el sentido de sus acciones o para determinarse
conforme a dicha comprensión.3 A tal efecto, se intenta abordar el estu-
dio del objeto y el método de la psiquiatría clínica, en orden a desvelar
las fronteras del diagnóstico de las enfermedades mentales. Se confía en
1 Por oposición a la tarifa probatoria o prueba legalmente tasada, que fue preponderante en el
pasado, y a la que ya me he referido.
2 En el caso de la doctrina alemana, la recomendación de hacer uso de un psiquiatra forense
es expresa en la doctrina y en la jurisprudencia. Al respecto, cfr. BOETTICHER, NEDOPIL,
BOSINSKI y SASS, “Mindstanforderungen...”, p. 1.
3 Una presentación general de los principales problemas que afectan la abilidad de los
diagnósticos psiquiátricos puede encontrarse en GARFIELD, “Methodological problems…”, p. 27.
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La inimputabilidad por trastorno mental
que una mejor denición de los límites entre lo que la psiquiatría puede
o no hacer ofrece más luces acerca del papel que esta debe cumplir en la
determinación de la inimputabilidad por trastorno mental y en el grado
de conanza que puede depositarse en sus conclusiones.
Debido a lo anterior, y antes de cualquier consideración, me interesa
aclarar que al presentar la problemática de la psiquiatría para identicar,
diagnosticar, clasicar, pronosticar y tratar las enfermedades mentales, no
pretendo de ninguna manera desacreditar el estatus de cienticidad de
esta rama de la medicina. Tampoco pretendo demostrar, porque no creo
que sea así, que los dictámenes psiquiátricos carezcan de validez. Y lo que
es más importante, no es mi objetivo ofrecer argumentos para expulsar la
psiquiatría de los terrenos del derecho penal, deshaciendo esa relación de
cooperación que se ha pretendido establecer desde hace más de un siglo
entre estas dos profesiones. El único objetivo de este capítulo es captar
en sus justas proporciones el papel que la psiquiatría alcanza a cumplir en
el proceso de comprobación de la inimputabilidad por trastorno mental.4
1. Problemas inherentes a los conceptos y métodos generales
de la doctrina psiquiátrica: especial referencia al problema de
la multiplicidad de perspectivas y la falta de unidad de criterio
A pesar de su importante grado de desarrollo, la psiquiatría moderna aún
enfrenta enormes desafíos sobre temas fundamentales. Para lo que aquí
nos interesa, llama la atención que la delimitación de su objeto de estudio
continúe siendo materia de profundas discusiones y constituya una de las
más importantes controversias en este ámbito del conocimiento. Y es inte-
resante que esta cuestión permanezca abierta, ya que el debate sobre el objeto
no solo tiene consecuencias sobre lo que entendemos cuando hablamos
de la psiquiatría —o sea, sobre a qué nos referimos cuando utilizamos la
expresión psiquiatría—, sino que también atañe a la cuestión de si esta
disciplina satisface o no los presupuestos de cienticidad:5
4 Este es también el propósito de otras iniciativas adelantadas en Alemania frente a este
mismo tema. Al respecto, cfr. BOETTICHER et al., “Mindstanforderungen…”, p. 1.
5 Cfr. GRINKER, Psychiatry in broad perspective, p. 69.
Reexiones sobre el alcance y la abilidad del dictamen psiquiátrico forense
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La mayoría de los trastornos psiquiátricos constituyen enferme-
dades idiopáticas de causas desconocidas. En la literatura abunda
el debate sobre qué entendemos por trastorno y cómo denimos
un caso. Los críticos cuestionan la validez de las clasicaciones
diagnósticas o nosológicas actuales, desaando sus suposiciones
fundamentales o sus propios principios teóricos. Dado que no
existe un método para validar de forma externa los constructos
vigentes (p. ej., la vericación de su precisión mediante medidas
externas que no dependan de sus propios constructos), es muy
probable que siga reinando la controversia en este campo hasta
que puedan determinarse las causas que determinan la aparición
de enfermedades clínicas especícas.6
Como es sabido, la delimitación del objeto de conocimiento
es necesaria para que una disciplina pueda ser considerada como
una ciencia, ya que solo de esta forma puede denir su campo de
investigación. Desde la perspectiva de la lógica clásica, la denición
del objeto implica la identicación de aquellos rasgos o caracteres
que hacen que este sea lo que es, y no otra cosa. A tal efecto, la
delimitación del objeto supone la determinación del género próxi-
mo y la diferencia especíca. En psiquiatría, tal identicación no
ha sido aún susceptible de consenso, entre muchas otras razones,
por la existencia de una pluralidad de perspectivas desde las cuales
pueden abordarse los problemas que interesan a los psiquiatras.
Para comenzar, ni siquiera hay consenso acerca de la terminología que
debe usarse para referirse a esta área de la medicina. Por ejemplo, mientras
un sector mayoritario de la doctrina europea considera importante dife-
renciar entre la psicopatología y la psiquiatría, la doctrina norteamericana
suele utilizar estos términos indistintamente. De acuerdo con la doctrina
dominante en Europa, la distinción entre la psicopatología y la psiquiatría
es fundamental, ya que cada una de estas disciplinas se ocupa de áreas de
trabajo e investigación completamente diferentes, aunque complemen-
tarias: la psicopatología se ocupa de la construcción de los conceptos y
métodos generales, y la psiquiatría, del estudio de cada caso morboso en
6 CAINE, “Determinación de las causas…”, p. 1. Idiopático: de causa oscura o desconocida.
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