La salsa en Cali: una dulce historia de circulaciones
| Autor | Luis Sánchez Ayala |
| Páginas | 35-61 |
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La salsa en Cali: una dulce
historia de circulaciones*
H , el geógrafo Percy Crowe señalaba la necesidad de
prestar atención a los procesos y a la circulación. En este sentido, argumentó
que los movimientos no tienen lugar en el vacío, sino que se llevan a cabo sobre
la supercie de la Tierra, y es en gran medida a través del movimiento que la
humanidad toma conciencia de su geografía.
La conciencia geográca a la que se refería el autor es precisamente a los
procesos de experiencia y construcción de conocimiento que estructuran de
forma profunda el entendimiento de nuestros alrededores, incluyendo las
expresiones sociales y culturales que ocurren en estos. En consecuencia, los
señalamientos que en su momento hizo Crowe representan un acertado lla-
mado a prestar detenida atención a los procesos de movilidad humana (circu-
laciones), y lo que estos signican socioespacialmente en las diferentes facetas
de nuestra existencia social.
Al hablar de circulaciones nos referimos a movimiento, y este puede ocu-
rrir a diferentes escala s. Las circulaciones entonces prestan atención a las dis-
tribuciones y variaciones en el espacio. Esto quiere decir que las circulaciones
tienen que ver con la relación de las personas en el contexto de las prácticas
sociales existentes y que surgen con respecto a múltiples lugares. Por tanto, la
circulación está llena de signi cados, y a su vez, produce signicados. Circular,
* Para citar este capítulo: http://dx.doi.org/./.
P. Crowe, “On Progress in Geography”. Scottish Geographical Magazine, n.o (): -.
Ibid., .
trascendiendo fronteras
entonces, no solo se reere a trasladarse, sino que es el proceso mismo del
movimiento con relación a la experiencia social y espacia l de trasladarse (per-
sonas, objetos, ideas) entre lugares, y a través de lugares.
Las circulaciones son un proceso que transforma. Tales transformaciones
se anclan en los profundos efectos que el acto de circular tiene sobre cada
aspecto de las activ idades sociales, culturales, polít icas, económicas, y demás,
diarias de aquellos y aquello que directa o indirectamente se relaciona con
cualquier tipo de movimiento por el espacio terrestre. En consecuencia, la
circulación no es un acto que ocurre sin más. Tal movimiento (entendido de
mejor forma como un proceso) tiene causas, efectos y diferentes manifestacio-
nes. Es precisamente por esto que podemos armar que los procesos de circu-
lación se relacionan de manera directa con términos de difusión, innovación
e interacción.
Uno de los aspectos donde se puede ver el efecto transformador de las
circulaciones es sobre la identidad de los individuos y grupos. El di namismo
espacial que sugieren las circulaciones implica procesos de construcción de
identidad dinámicos, en los cua les los signicados y experiencias de lugares se
encuentran, se negocian y renegocian, y se fu nden. Es posible entonces vincu-
lar la forma en la que construimos nuestra identidad y entendemos nuestros
alrededores, con los movimientos que ocurren sobre y a través del espacio cir-
cundante. A la vez que personas, ideas, objetos (entre otros) se mueven de un
lugar a otro, se van añadiendo nuevos elementos a los procesos de construc-
ción de identidades. Por tanto, la identidad no solo se construye dentro de los
debates históricos, cultura les, económicos y políticos, sino que además conti-
núa readecuándose según los usos de est a en contextos espaciales especí cos.
Por ende, la identidad, ya sea individual o colectiva , debe comprenderse como
un factor móvil y dinámico. Esto nos permite manifestar que es u n producto
y, al mismo tiempo, es productora de procesos sociales; es siempre un proceso
inconcluso, de allí que sea diná mico.
Bajo estos preceptos podemos explorar y abordar diferentes contextos que
marcaron el desarrollo del género musical de la sa lsa en Cali. Lo particu lar del
caso es que este género nació en la ciudad de Nueva York, en los espacios de la
diáspora puertorriqueña durante la primera mitad del sig lo , y se desarrolló
en Manhattan y sus a lrededores, entre las comunidades segregadas de puerto-
rriqueños, cubanos y otros afrocaribeños, cuyas tradiciones se fusionaron en
una lógica y logística única. Desde Nueva York la salsa encuentra su camino
hasta Colombia. Pero a pesar de la proximidad de la costa Car ibe colombiana
a las islas caribeñas , este género musical no tuvo mayor trascendencia en esta
L. Sánchez González, “Reclaming Salsa”. Cultural Studies, n.o (): -.
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