La Sociedad del riego
| Autor | Néstor Juan Sanabria Landazábal - Walter Hernando Galeano Naranjo - Laura Angélica Castro Díaz |
| Cargo | Editor Revista Dimensión Empresarial Universidad Autónoma del Caribe - Consultor Candidato a Magister en Estudios Interdisciplinarios sobre DesarrolloUniversidad de los Andes - Investigadora del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos SIMCI, UNODC |
| Páginas | 7-11 |
EDITORIAL
LA SOCIEDAD DEL RIESGO
THE SOCIETY OF RISK
No es una hipótesis arriesgada pensar que el siglo XXI
para Colombia empezó en 1991 con la Constitución
redactada en esa fecha. En esta se consagraron derechos
que hoy permiten, por ejemplo, la existencia de
personas no humanas1 a las cuales no se les puede
infringir ningún tipo de maltrato. También,
circunstancias como el derecho, desde el lado de la
naturaleza2, al medio ambiente sano y que hoy ha puesto
en el centro del debate el problema de la minería, no
sólo la ilegal, también la legal. Por otra parte, se han
permitido espacios para la corrupción en el área
administrativa que han terminado por comprometer las
funciones de las Ramas del Poder Público. Como
consecuencia de esta transformación constitucional, se
dotó a la justicia de mayor poder y capacidad de
decisión que, hoy por hoy, también se ha visto afectada
por envilecimiento en el ejercicio de sus funciones.
En esta perspectiva, la corrupción aparece como un
fallo en el equilibrio institucional del Estado Social de
Derecho, lo cual es comúnmente asociado a las
diferentes disposiciones que permiten la conformación
de su estructura. Sin querer, o eso debe suponerse, el
nuevo escenario a partir de la Constitución del 91 dejó
claro que la democracia es el modelo de sistema político.
Pero este trae consigo aciertos y errores en su
implementación, como los descritos atrás. Podría
decirse como lo plantea Beck (2017) que el nuevo
escenario, con la potentísima amplificación de las
tecnologías de información y comunicaciones, desnudó
de manera inmediata que, cualquier decisión que altere
los equilibrios inestables preexistentes, trae aparejados
aspectos buenos y malos de manera simultánea.
Así, debe tenerse en cuenta que para ser corrupto en los
niveles que se aprecian en este siglo, se requiere una
organización capaz de capturar esas rentas ilegales y la
existencia de una institucionalidad de gobierno que
aparentemente carece de mecanismos efectivos para
proteger el patrimonio del Estado o ignora que esa es
una de sus funciones. El resultado, mostrado por los
medios y presentado como probabilidad cierta, ha sido
el encuentro del corrupto y el corruptor, donde no solo
son los actores privados quienes corrompen a las
entidades del Estado, sino la estructura del Estado que
favorece a los privados facinerosos y que conforman lo
que pareciera ser una sola cosa.
It is not a risky hypothesis to think that the 21st century
for Colombia began in 1991 with the Constitution
drafted on that date. This consecrated rights that today
allow, for example, the existence of non-human
persons to whom they can not be infringed any type of
mistreatment. Also, circumstances such as the right,
from the side of nature, to the healthy environment
and today has placed the problem of mining, not only
illegal, but also legal, at the center of the debate. On the
other hand, spaces have been allowed for corruption in
the administrative area that have ended up
compromising the functions of the Branches of Public
Power. Because of this constitutional transformation
justice was given greater power and decision-making
power, which today has also been affected by
debasement in the exercise of its functions.
In this perspective, corruption appears as a failure in
the institutional balance of the Social State of Law,
which is commonly associated with the different
provisions that allow the conformation of its structure.
Unintentionally, or that must be supposed, the new
scenario from the Constitution of 91 made clear that
democracy is the model of political system. But this
brings with it successes and errors in its
implementation, as described above. As Beck (2017)
puts it, the new scenario, with the very powerful
amplification of information and communication
technologies, immediately denied that any decision that
alters pre-existing unstable equilibria brings good and
bad aspects simultaneously.
Thus, it must be considered that to be corrupt at the
levels seen in this century, an organization capable of
capturing these illegal incomes and the existence of an
institutionality of government seemingly lacking
effective mechanisms to protect the state's patrimony
or ignore that this is one of its functions. The result,
shown by the media and presented as a certain
probability, has been the encounter of the corrupt and
the corrupter, where not only the private actors who
corrupt the state entities, but the structure of the State
that favors the private criminals and Which make up
what seems to be one thing.
In this way, the media scandals, as generally shown,
hide that it is the systems that have made crises, in the
sense described by Lhumann (2009). The experience
left by the Constituent Assembly of 91 shows that
1 Bajo esta denominación se comprende a los animales y se les hace sujetos de sensaciones y sentimientos en su condición no
racional.
2 Ver en: http://cr00.epimg.net/descargables/2017/05/02/14037e7b5712106cd88b687525dfeb4b.pdf
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