¿A dónde van las universidades? Perspectivas histórica y comparativa - Núm. 37, Julio 2017 - Revista de Economía Institucional - Libros y Revistas - VLEX 845594252

¿A dónde van las universidades? Perspectivas histórica y comparativa

AutorStefan Collini
CargoProfesor de Historia Intelectual y Literatura Inglesa, Universidad de Cambridge, UK
Páginas13-29
R  E I, . , .º ,  /, . -
Stefan Collini
*
¿A NDE VAN LAS
UNIVERSIDADES? PERSPECTIVAS
HISRICA Y COMPARATIVA
I
Los lectores habrán advertido que en las últimas dos o tres décadas
las empresas de todo el mundo se han visto presionadas para que
se parezcan cada vez más a las universidades. Se las ha exhortado a
que abandonen la competencia comercial y modelen su comporta-
miento siguiendo pautas de colaboración académica. Las empresas
que cotizan en bolsa deben obtener rendimientos que detallen el
valor intelectual y académico de sus productos y servicios. Las metas
y parámetros de referencia son sustituidos por juicios informados,
los departamentos de recursos humanos se reducen, las empresas
hacen menos auto publicidad y producen menos folletos elegantes.
También han adoptado esquemas de dirección más colegiados y de
abajo hacia arriba; los directores ejecutivos son sustituidos por comités
escogidos entre el profesorado, y los cargos en las juntas directivas
de las principales empresas se reservan a experimentados profesores
titulares de historia medieval.
A primera vista puede parecer obvio por qué los cambios que hoy
ocurren en realidad son exactamente opuestos a los que acabo de es-
bozar en términos imaginaros. Es casi un lugar común observar que
las universidades están ahora sometidas a una “intimidación incesante”
por su fracaso para asemejarse a una empresa de negocios. Pero cabe
*
Profesor de Historia Intelectual y Literatura Inglesa, Universidad de Cambridge,
, [sc107@cam.ac.uk]. Este ensayo es el capítulo primero de su libro Speaking of
universities, Londres y Nueva York, Verso, 2017. La traducción, de Alberto Supelano,
se publica con las autorizaciones correspondientes. Fecha de recepción: 06-03-2017,
fecha de aceptación: 04-09-2017. Sugerencia de citación: Collini, S. (2017). ¿Qué
les ocurre a las universidades? Perspectivas histórica y comparativa, Revista de Eco-
nomía Institucional 19(37), 13-29. : https://doi.org/10.18601/01245996.v19n37.02
recordar que hace ya mucho tiempo el capitalismo padeció, de algún
modo, la reciente epidemia de la envidia comercial. No debemos caer
en una esencialización ahistórica del capitalismo ni de las universi-
dades –y hay mucho que decir de sus cambios a través del tiempo–,
pero de algún modo coexistieron durante algo más de un siglo sin
exigir que las universidades adoptaran las metas, estructuras y pro-
cedimientos de las empresas o, al menos, de algún modelo de escuela
de negocios sobre cómo deben funcionar las empresas. De hecho, casi
150 años después de que las universidades empezaron a asumir su
forma moderna a comienzos del siglo , una de las justicaciones
de su existencia era que constituían un antídoto o reejaban una ética
alternativa a la del mundo comercial. Esta opinión era compartida
incluso por quienes en retrospectiva son citados como paladines de
la ciencia aplicada, como T. H. Huxley, quien en 1894 declaró: “El
negocio primordial de las universidades solo tiene que ver con el
conocimiento puro y el arte puro, independientes de toda aplicación
práctica; con el avance de la cultura y no con el aumento de la riqueza
o de las mercancías”. Esta concepción fue respaldada por uno de los
líderes emblemáticos de ese mundo comercial, Joseph Chamberlain,
alcalde de Birmingham, y después ministro del gabinete, quien saludó
la creación, en su feudo, de lo que se convertiría en la Universidad
de Birmingham diciendo: “Fundar una universidad en medio de una
gran población industrial y manufacturera es hacer algo para infundir
en las masas objetivos más altos y mayores ambiciones intelectuales
que los que serían posibles para personas dedicadas enteramente al
comercio y las actividades mercantiles”. Algo similar armó, en forma
más categórica, Ernest Rutherford, el “padre de la física nuclear” que
ganó el Nobel, cuando advirtió a la Universidad de Bristol en 1927
que “consideraría un desastre el uso de laboratorios universitarios para
investigaciones relacionadas con la industria”.
Cito esas opiniones porque son muy distantes de los supuestos
sobre la relación entre universidades y economía que damos cada vez
más por sentados, aunque fuesen parte de una corriente de pensa-
miento sobre las universidades arraigada, y quizá la dominante, hasta
bien entrada la segunda mitad del siglo , especialmente en Gran
Bretaña y en las partes del mundo con inuencia británica. Aunque
nunca fue, por supuesto, la única corriente, porque las variantes del
conicto entre quienes arman la prioridad de las preocupaciones
prácticas y quienes pretenden representar valores no instrumentales
tienen una larga historia. El hecho es que lo que las sociedades han
deseado de sus universidades ha variado históricamente y ha sido
14
Revista de Economía Institucional, vol. 19, n.º 37, segundo semestre/2017, pp. 13-29
Stefan Collini

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