Variación de la violencia sexual en tiempos de guerra: la violación en la guerra no es inevitable - Núm. 14-1, Enero 2012 - Estudios Socio-Jurídicos - Libros y Revistas - VLEX 478180110

Variación de la violencia sexual en tiempos de guerra: la violación en la guerra no es inevitable

AutorElisabeth Jean Wood
CargoMagíster en Estudios Latinoamericanos
Páginas19-57

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Introducción

La violencia sexual varía dramáticamente de una guerra a otra, y, en ocasiones, de un grupo armado a otro dentro de una misma guerra. En el conflicto de Bosnia-Herzegovina, el abuso sexual de las mujeres musulmanas de Bosnia por las fuerzas serbias bosnianas fue tan sistemático y generalizado que se clasificó como un crimen de lesa humanidad en el marco de las

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leyes internacionales. En Ruanda, la violación de mujeres tutsi implicó una forma de genocidio de acuerdo con la Corte Penal Internacional. En tales contextos, con frecuencia la violencia sexual se lleva a cabo en público, en frente de miembros de la familia o de la comunidad. Otros casos notorios incluyen los de las milicias Janjaweed en Darfur, el ejército soviético y japonés en la Segunda Guerra Mundial, y los varios grupos armados en el este de la República Democrática del Congo (RDC).1

Sin embargo, en algunos conflictos la violencia sexual perpetrada por determinados grupos armados es especialmente limitada, pese a que estos cometen otro tipo de violencia.2 Ciertos grupos armados, como la insurgencia salvadoreña, parecen prohibir exitosamente a sus combatientes realizar actos de violencia sexual contra civiles. Incluso, en algunos casos de conflicto étnico, la violencia sexual es limitada, por ejemplo, en el caso del conflicto entre Israel y Palestina.

Cuando la violencia sexual sí ocurre dentro de los conflictos, los patrones varían en cuanto al blanco (contra quién se dirige), la forma en que se lleva a cabo, el propósito y la frecuencia. Algunos grupos armados dirigen la violencia sexual contra mujeres y niñas que pertenecen al grupo "enemigo" en casos de limpieza étnica o política. Ciertos grupos cometen actos de violencia sexual solo contra mujeres, mientras que otros también lo hacen contra hombres. Así mismo, la forma de violencia sexual varía. Aunque la tortura sexual y la violación en grupo son particularmente comunes, la violencia sexual en ocasiones reviste otras formas, como la prostitución o la esclavitud sexual.

En algunas circunstancias, los modelos de violencia sexual en la guerra parecen ser una magnificación de las prácticas culturales propias de los tiempos de paz. En otras, son innovaciones hechas en tiempos de guerra. En determinados conflictos, el patrón de violencia sexual es simétrico, pues todos los bandos que participan en la guerra llevan a cabo acciones de violencia sexual similares en magnitud.

En otros conflictos, el patrón es muy asimétrico, ya que alguno de los grupos armados no responde con la misma violencia sexual que su enemigo. Pese al desafío que significa la recolección de datos sobre este tema tan

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sensible, la variación no parece ser producto de información inadecuada sobre la violencia: hay casos bien documentados en los que la violencia es escasa (como los anteriormente mencionados) y otros en los que es frecuente.

La violencia sexual varía en frecuencia, blanco y forma, tanto a través de las guerras civiles como de las guerras entre países, de las guerras étnicas y no étnicas, de los conflictos separatistas, de los ejércitos estatales y de los actores armados no estatales.3 Con algunas excepciones, hasta hace poco la literatura política y académica se centraba en casos de violaciones generalizadas de niñas y mujeres, como los de Bosnia, Ruanda, Sierra Leona y la RDC. Las explicaciones comunes de la violación en tiempos de guerra reflejan este énfasis: la violación es una estrategia de guerra eficaz, particularmente para la limpieza étnica; la violación es un crimen atroz y ocurre al mismo tiempo que otras atrocidades; la guerra ofrece oportunidades para la violación generalizada y muchos soldados se aprovechan de ello.

No obstante, numerosos grupos armados, incluidos los ejércitos estatales y los grupos armados no estatales, no llevan a cabo violaciones masivas, pese a que interactúan frecuentemente con la población civil. De hecho, algunos grupos armados, como la insurgencia de Sri Lanka, realizan limpiezas étnicas, con frecuencia consideradas el escenario clásico para violaciones generalizadas, sin realizar ningún acto de violencia sexual.

Centrarse en unos cuantos patrones en lugar de mirar el espectro completo de variación, incluida la ausencia de violaciones en tiempos de guerra, hace que se pierda la oportunidad de evaluar la variación para una mejor comprensión de la violencia sexual en el marco del conflicto. La variación observada plantea varias preguntas: ¿en qué condiciones los grupos armados no llevan a cabo actos de violencia sexual? ¿En qué condiciones los llevan a cabo como una estrategia de guerra? ¿Tortura sexual? ¿Esclavitud sexual? ¿En qué casos es mejor comprender la violación generalizada como una práctica, es decir, una forma de violencia que no es ordenada sino tolerada por los comandantes (esto se define de manera más precisa más adelante) y no como una estrategia?

La variación observada en la violencia sexual en tiempos de guerra, particularmente la ausencia relativa de este tipo de violencia por parte de muchos grupos armados, también tiene importantes implicaciones de política pública. Específicamente, la violación no es inevitable en la guerra, como se ha pretendido algunas veces. La ausencia de violencia sexual por parte de ciertos grupos armados refuerza el argumento de que los comandantes

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de grupos armados que sí llevan a cabo actos de violencia sexual deberían ser hechos responsables.

Los científicos sociales están documentando y analizando con una frecuencia cada vez mayor la variación en los patrones de violencia sexual en tiempos de guerra, particularmente en cuanto a su forma, frecuencia, blancos y propósitos, así como en lo referente a los cambios en estos cuatro patrones a través del tiempo.

Por tal razón, en este texto, en primer lugar, introduciré conceptos clave, incluyendo distinciones entre diferentes dimensiones de la violencia. Después, resumiré brevemente las investigaciones recientes que documentan patrones de violencia sexual en tiempos de guerra. Tras mostrar que muchos abordajes presentes en la literatura publicada no dan cuenta de la variación observada -de hecho, muchos predicen más violencia sexual que los trágicos niveles observados-, propondré un marco teórico centrado en las dinámicas internas de los grupos armados. Luego, analizaré las condiciones en las cuales los grupos armados no llevan a cabo violaciones, aquellas en las que realizan violaciones estratégicas y aquellas en las que las violaciones se cometen como práctica (un patrón que no es ordenado pero sí tolerado por los comandantes y que ocurre tanto en casos en los que hay beneficios estratégicos como en los que no los hay). A lo largo del artículo, me valdré de hallazgos recientes en la literatura de las ciencias sociales, algunos de ellos todavía no publicados. Y, finalmente, concluiré con algunas implicaciones tentativas de este análisis para la formulación de políticas.

1. Conceptos y definiciones

Con "ausencia de violencia sexual" me refiero a que la violencia sexual perpetrada por un grupo es muy escasa (pero no necesariamente por completo ausente). En todo el texto, "grupos armados" se refiere tanto a grupos estatales como no estatales.

De acuerdo con leyes internacionales recientes, por "violación" entiendo la penetración por el ano o la vagina de la víctima con cualquier objeto o parte del cuerpo, o la penetración de cualquier parte del cuerpo de la víctima o del perpetrador con un órgano sexual, a través de la fuerza, amenaza de fuerza o coerción, o aprovechándose de un entorno coercitivo, o en contra de una persona incapaz de otorgar consentimiento genuino.4 Así, la violación puede ocurrir tanto contra hombres como contra mujeres. La "violencia

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sexual" es una categoría más amplia que incluye violación, asalto sexual no penetrativo, mutilación sexual, esclavitud sexual, prostitución forzada y embarazo forzoso.5

Frecuentemente, el término "violencia sexual" se utiliza como si la agregación de esta variedad de formas de violencia ofreciera una base sólida de análisis. Sin embargo, los procesos causales subyacentes pueden ser muy diferentes. Por ejemplo, los factores que hacen que la violación estratégica por parte de un grupo armado sea más probable son claramente distintos de aquellos que hacen que las mutilaciones sexuales o la esterilización forzosa sean más probables. En adelante, me centro en la violación y en la tortura sexual, pero utilizo el término agregado de "violencia sexual" cuando es apropiado (o cuando la literatura lo hace).

Para entender cualquier patrón de violencia contra la población civil por parte de un grupo armado, incluida cualquier forma particular de violencia sexual, es esencial tener en cuenta tres dimensiones de la violencia.

La primera de ellas es la frecuencia con que se inflige una forma de violencia por parte de un grupo armado particular: ¿ocurre muy frecuentemente, su frecuencia es moderada, sucede ocasionalmente o muy rara vez? Esto, desde luego, nos lleva a la pregunta sobre el criterio con respecto al cual se evalúa la...

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