Acción no violenta y lucha antimafia: ¿qué puede aprender Colombia de Italia?
| Autor | Cristiano Morsolin |
| Cargo del Autor | Investigador italiano y operador de redes radicado en Latinoamérica desde 2001 |
| Páginas | 225-277 |
Capítulo 8
Acción no violenta y lucha antimaa:
¿qué puede aprender Colombia de Italia?
Cristiano Morsolin*
Introducción
El presente capítulo analiza el proceso de la acción civil no violenta en el caso
especíco de la oposición a las maas en Italia, utilizando materiales recogidos
a lo largo de un proceso de recopilación de información primaria y secundaria,1
presentando un panorama global útil a los lectores de Latinoamérica. Adicional-
mente, se esbozan elementos para una interpretación del fenómeno de lucha no
violenta antimaa que es de suyo un proceso complejo. Las referencias empíricas
y analíticas discurren en el marco de una sociedad concreta, en este caso Italia.
Para su comprensión, el capítulo se inicia con una breve sinopsis conceptual
de un enfoque sobre acción civil, enseguida se observa esa perspectiva en relación
con los efectos del control maoso y, para ello, se hace una breve descripción de
las tendencias actuales del comportamiento de las organizaciones maosas. Pos-
teriormente, se centra el análisis en la contribución eclesial a la construcción de
una perspectiva de sociedad civil de resistencia antimaa. Luego hace una refe-
rencia muy sucinta de la contribución de las luchas del movimiento de mujeres
a ese proceso y, al nal, se sacan algunas conclusiones. Después, se efectúa una
* Investigador italiano y operador de redes radicado en Latinoamérica desde 2001, analiza las relaciones
entre los movimientos sociales, los proyectos emancipatorios y la deuda social. Autor de varios libros y
panelista internacional. Agradezco a Ricardo Vargas por sus comentarios.
1 Hay que considerar que soy testigo directo de muchos procesos aquí mencionados, porque, después
de las masacres de los scales Falcone y Borsellino, he trabajado directamente en Palermo como objetor de
conciencia y educador de calle en el barrio popular Borgo Vecchio y luego en la organizada en Calabria.
R
reexión sobre esta contribución al caso colombiano. Finalmente, se esbozan
unas conclusiones generales en el marco de la temática central, esto es, las ex-
periencias que deja la resistencia desde la sociedad civil como proceso de no
violencia a la lucha antimaa.
8.1. La no violencia en los movimientos sociales
En los últimos treinta años, toda una serie de fenómenos sociales y políticos ha lla-
mado la atención de medios de comunicación, politólogos y sociólogos: la irrupción
en la escena pública de las sociedades industrialmente avanzadas de los llamados
nuevos movimientos sociales, en referencia a los movimientos feministas, ecologis-
tas y pacistas. Con el calicativo de nuevos movimientos se ha querido poner de
maniesto, desde los propios actores sociales y desde los investigadores, la distancia
que los separa de las formas, métodos y objetivos de los tradicionales movimientos
sociales y partidos surgidos al calor del desarrollo de las sociedades industriales,
particularmente respecto del movimiento obrero y de la izquierda tradicional en
su doble vertiente socialdemócrata y comunista.
Los movimientos pacistas hacen parte de estos nuevos movimientos sociales
emergentes. Entre los legados de los líderes de la resistencia civil, como Mahatma
Gandhi y Martin Luther King, podemos situar el trabajo más pragmático de
Gene Sharp (1984). Su elaboración puede sintetizarse como un manual prác-
tico de cómo podemos lograr el éxito, por medio de la no violencia, y alcanzar
nuestros objetivos sociales y políticos. Enfatiza que el método violento no es
una alternativa de acción. Su denición de no violencia se explica a partir de los
siguientes tres aspectos:
1. Es activa, es decir, no se debe suponer que la no violencia por denición sea
un método pasivo o conformista, es más bien un reemplazo de la pasividad
y la sumisión por la acción. Es un método de protesta, de no cooperación
con el régimen vigente y de intervención colectiva. Las acciones no vio-
lentas se pueden organizar bien haciendo cosas o rehusando hacerlas. Sus
promotores no pretenden identicar la no violencia como la antítesis de
la violencia, en términos de pasividad o inacción.
2. Es extraconstitucional. Los métodos de la no violencia, debido a que se
presentan como manifestaciones masivas, no dependen de los procedi-
mientos legales. Algunas técnicas, como los boicots, la desobediencia civil
Acción no violenta y lucha antimafia: ¿qué puede aprender Colombia de Italia?
y la protesta, son medios que expresan descontento o desacuerdo con el
orden institucional, por lo que pueden ir más allá de los canales legales.
3. El elemento crucial de la no violencia es el concepto de poder. El poder
es producto de la diferenciación social y la capacidad de unos de im-
poner su voluntad a otros. Una relación visible de poder es la que se da
entre gobierno y gobernados, y es en este ámbito en el que Sharp pone
un mayor énfasis. Según el autor, un gobierno puede ejercer poder solo
cuando es legítimo y cuenta con el consenso de la población, sea este
expresado consciente o inconscientemente, por lo tanto, la forma de
desaar al poder en cualquier nivel en que se manieste es, primero, que
la ciudadanía reconozca que existe la injusticia y, después, desaarla o re-
chazarla por medio de acciones de no cooperación y desobediencia civil.
8.2. Algunos antecedentes donde se ha forjado el movimiento
italiano no violento
Cuando a nales de abril de 1945 se logró en Italia la victoria sobre el fascis-
mo alemán e italiano, el movimiento de liberación antifascista denominado
Resistencia Partisana (en italiano Resistenza Partigiana), que en su fase nal de
resistencia armada contaba con más de medio millón de partisanos en sus las
(de los cuales, unos treinta y cinco mil fueron mujeres), había conseguido una
contribución histórica. Fue un logro de los partigiani el anclar en la Resistencia
los fundamentos antifascistas, democráticos y político-sociales representados más
tarde en la Constitución italiana. Esta movilización popular se legitimó también
en la resistencia no armada y el fundamental aporte de las mujeres.
Posteriormente, hacia el 24 de septiembre de 1961, por iniciativa de Al-
do Capitini, el padre de la no violencia en Italia, se marchó por primera vez de
Perugia a Asís en nombre de la paz; cuatro meses más tarde, en enero de 1962,
con un documento ocial, desde Perugia, el lósofo liberal socialista indicaba el
movimiento no violento por la paz como el lugar “de adhesión de los pacistas
integrales y que rechazaban en cualquier caso la guerra, la destrucción de los adver-
sarios, el impedimento del diálogo y la libertad de información y de crítica”. Esta
marcha Perugia-Asís (que se repite cada año hasta hoy) representa el nacimiento
del movimiento italiano pacista (Rolandi, 2012).
En Italia, se han desarrollado experiencias vinculadas a procesos liderados
por sacerdotes que proponen la idea de una no violencia y que tuvieron un gran
impacto político y se interceptaron con experiencias eclesiales, como, por ejemplo,
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