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Acerca del concepto de teología política en Carl Schmitt, Erik Peterson y Giorgio Agamben

AutorArpe Caspary
Páginas200-235
Acerca del concepto de teología política en Carl
Schmitt, Erik Peterson y Giorgio Agamben
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El texto, origina lmente escrito en alemán, fue t raducido al español por Alfon so Me-
jía, Floretin Jaeger y Nik las Bornhauser.
201
1.
Llama la atención que Carl Schmitt haya tomado tan en serio la crí-
tica teológica hecha por Erik Peterson a su concepto de “teología política”
expuesto en el texto de Teología política de , que aún  años después
de esta crítica, Schmitt decida escribir una Teología política II. Esto es
aún más sorprendente teniendo en cuenta que el texto de Peterson, titu-
lado El monoteísmo como problema político, de , es sólo la reprimen-
da teológica de la legitimidad teológica de Teología política, mediante lo
cual no se refutaba ni el impacto histórico de las teologías políticas ni la
tesis de que “todos los conceptos centrales de la doctrina moderna del
Estado [serían] conceptos teológicos secularizados” (Schmitt, , p.
). Da la impresión de que este cuestionamiento hubiera calado más
profundamente en el pensamiento de Schmitt de lo que parece evidente,
al amenazar un sustrato teológico irreducible, sin el cual el concepto de
lo político de Schmitt se tornaría obsoleto.
Por otra parte, la crítica de Peterson no ha logrado “acabar” con
la “teología política” ni siquiera en el ámbito teológico. Es así como en
Jacob Taubes el concepto de teología política de Schmitt es objeto de una
recepción positiva, a pesar de la crítica de Peterson, pues
más allá de la s controversias “teológicas internas”, que desde el punto
de vista de las ciencias humanas y socia les solo pueden considerarse
como “síntomas” (dado que no existen criterios externos que permita n
Véase Schmit t, , p. .
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Arpe Caspary
diferenciar entre lo legítimo y lo i legítimo), el problema de una “teología
política” en su planteamiento origin ario [ha] llegado a ser productivo en
lo histórico-losóco y hermenéutico. (Kopp-Oberstebrink, Palzho y
Treml, , p. )
No obstante, están apareciendo con mayor frecuencia posiciones
fundamentalmente opuestas. En su libro Carl Schmitt y los judíos, R aphael
Gross sostiene que Carl Schmitt debe ser designado como “precursor del
exterminio”. En este sentido, Schmitt no puede ser “ennoblecido como
clásico” y “no resulta del todo fácil hacer fructífera su obra excluyendo de
ella el antisemitismo” (Gross, , pp.  y ). Si se le da continuidad
a conceptos centrales de Carl Schmitt, como lo hacen Giorgio Agamben,
Jan Assmann, Ernst-Wilhelm Böckenförde, Reinhard Koselleck o Jacob
Taubes, es ineludible aceptar como legítima la pregunta “¿en qué forma
se continúa entonces (escribiendo) la teoría general del Estado nacional-
socialista?” (Gross, , p. ). Detrás de este planteamiento hay una
presuposición que, a mi parecer, no es del todo evidente. A saber, que el
antisemitismo de Schmitt, que sin duda está bien documentado, consti-
tuye un núcleo de su pensamiento hasta el punto que una continuación
no antisemita y liberal de este, como han intentado los autores mencio-
nados, sería imposible. Preguntémonos entonces, qué es lo que constitu-
ye el núcleo del pensamiento de Carl Schmitt.
Erik Peterson comprende la teología como la desautorización del
mundo y la autorización proléptica de la teocracia en las aclamaciones
de las jerarquías eclesiásticas y angelológicas. Es decir, la teología des-
potencia radicalmente lo político y por ello se opone a ciertas formas de
teología política en el sentido de Carl Schmitt. Este último, en cambio,
recorre el camino inverso. Peterson concibe la “teología política”, en el
sentido de Carl Schmitt, como una posición según la cual no solamente
es posible una justicación teológica general de la dominación política,
sino más allá —y esto es decisivo para Peterson—, que se puede jus-
ticar un dominio político concreto teológicamente. Solo lo último es
rechazado tajantemente por Peterson, porque la instancia que puede ser
Salvo que se indique lo contrario, toda s las traducciones de textos escritos or iginal-
mente en alemán son mía s.
Véase también G. Schorc h ().
“‘Dios amó el cosmos no sign ica que Dios amó el Imperio Roma no. […] El concep-
to de Imperio Romano es u n concepto político. El actuar de Dios e n el cristianismo
no se dirige haci a lo político’, sino hacia el cosmos como creación del log os” (Peterson
citado por Nichtweiß, , p. ).

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