Anticoncepción: conocimientos, actitudes y prácticas de los estudiantes universitarios
| Autor | César García Balaguera |
| Páginas | 122-136 |
122 Anticoncepción: conocimientos, actitudes y prácticas de los estudiantes universitarios
La salud del adolescente y adulto joven implica la esfera biológica, socioeco-
nómica, psicológica y cultural. La prevención de la enfermedad en este grupo de
edad debe ir más allá de la detección y tratamiento de la enfermedad, para con-
templar aspectos como la dinámica familiar, las inuencias de su entorno social,
el papel del sector educativo, la inuencia de pares, los medios de comunicación,
entre otros.
En la actualidad hay más mil millones de adolescentes en el mundo, el 85% en
países en desarrollo, en Colombia el 29,6% de la población es menor de 15 años.
Este grupo poblacional afronta peligros permanentes de abuso sexual, embarazo
no deseado, aborto en condiciones inadecuadas, explotación laboral, maltrato
físico y psicológico (Unicef, 2011; , 2010). En Colombia, 31.9% de los sui-
cidios se presenta en adolescentes y jóvenes. La tasa de natalidad en adolescentes
es de 84 por cada mil mujeres, superior a otros grupos de edad. Más de la mitad
inician relaciones sexuales antes de los 16 años, el 10% de los partos ocurren en
adolescentes, más de la mitad de los casos nuevos de VIH ocurren en jóvenes y
cada cinco minutos se suicida un adolescente por motivos asociados a su salud
sexual y reproductiva (Ministerio de la Protección Social (), 2007; 2003; Ins-
tituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses, 2005).
El 50% de los adolescentes entre 15 y 19 años ha tenido relaciones sexuales y
el 13% ha iniciado antes de los 15 años. A menor nivel educativo, vivir en zona
rural y más bajo estrato socioeconómico, la edad de inicio es cada vez más tem-
prana. La necesidad insatisfecha de anticoncepción es del 20%, y una de cada
cinco mujeres de 15 a 19 años ha estado alguna vez embarazada (, 2007).
Las decisiones sexuales y reproductivas de los adolescentes pasan por un espec-
tro muy amplio de variables, entre las que se cuentan las relaciones inestables,
los conictos emocionales, los secretos, las actitudes rebeldes y, con frecuencia,
relaciones sexuales no protegidas, especialmente en los primeros momentos de
su actividad sexual, decisiones no compartidas, escaso apoyo familiar y social,
inequidades de género y bajo nivel educativo (Unicef, 2011, , 2007).
A estos riesgos se suman los inherentes a las enfermedades crónicas no transmi-
sibles (). Según la Encuesta Nacional de Situación Nutricional en Colom-
bia () (2010), uno de cada seis niños o adolescentes presenta sobrepeso u
obesidad. La prevalencia de sobrepeso y obesidad ha aumentado en los últimos
20 años, y preocupa la afectación cada vez mayor de los niños y adolescentes (-
, 2010; American Heart Association ––, 2006). El exceso de peso afecta
negativamente los factores de riesgo cardiovascular, aumentando la probabilidad
de desarrollar cardiopatía coronaria, insuciencia cardíaca, accidente cerebrovas-
cular, arritmias cardíacas y diabetes tipo II (Fiducaine, 2011).
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