Buscamos respuestas, no propuestas - Núm. 3-2, Julio 2014 - Pensamiento y Poder - Libros y Revistas - VLEX 652942753

Buscamos respuestas, no propuestas

AutorJohn Fernando Restrepo Tamayo
Páginas5-6
[ 5
EDITORIAL
BUSCAMOS RESPUESTAS, NO PROPUESTAS
John Fernando Restrepo Tamayo
En un acto racional, necesario y decente, las partes negociadoras de
una fracción del conicto colombiano, sentadas en Cuba, permitieron
un espacio para las víctimas. Es una apuesta compleja pero necesa-
ria. Compleja porque en sesenta años de confrontación armada irra-
cional todos los colombianos resultamos siendo víctimas. La fórmula
de víctimas objetivas del conicto no deja de ser subjetiva. Necesaria
porque la salida política al conicto no puede estar sujeta a lo que
trancen unas cuantas personas por más buena voluntad que les asis-
ta. Las víctimas merecen un espacio, merecen visibilidad para que
dicho proceso se revista de legitimidad.
Las víctimas a través de sus representantes han empezado bien.
Al inicio se les invitó para que tomaran parte en la agenda. Pero
luego llevaron el agua al cauce correcto. Las víctimas preparan su
llegada a Cuba para ajustar un asunto básico: quieren respuesta a la
pregunta fundacional de todo proyecto político transicional. Quieren
saber dónde están los desaparecidos. Quieren saber por qué se los
arrebataron.
El inicio básico de la transición, desde el punto de vista del reco-
nocimiento de la víctima no empieza por liderar la agenda sobre los
puntos de discusión y el orden en que deben tratarse; repartir indul-
tos o promover acuerdos políticos de curules y concesiones militares.
El inicio de una transición decente no está en la indemnización sino
en la verdad.
No puede haber paz sin verdad. No puede haber transición sin
verdad. No puede haber verdad sin voluntad de responder la pregun-
ta por los desaparecidos. Así que todos los representantes de las víc-
timas que parecen más interesados en denir los montos y las costas
de sus ocios nos conrman la tesis de que el negocio de la guerra
puede seguirse perpetuando desde lo económico, pero lo esencial, lo
que está en juego para quien sí es víctima y no un comerciante de la

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