Capítulos regionales - ¿Cuáles son los patrones? Asesinatos de Líderes Sociales en el Post Acuerdo - Libros y Revistas - VLEX 840080926

Capítulos regionales

AutorCamilo Amador Bonilla Stuck - Alberto Yepes - Guillermo Cardona - William Rozo - Diana Sánchez - Cristina Zuleta - Juan Diego Restrepo
Páginas102-169
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Capítulos regionales
Este capítulo pretende exponer la situación en la que se encuentran
las regiones que se han caracterizado por estar golpeadas de manera
constante por el conicto armado desde el siglo pasado y se eviden-
ciaron como críticas en el período abordado. Además, se presenta un
capítulo elaborado por una organización de Juntas de Acción Comunal
por cuanto los dignatarios de estas juntas son el tipo de líder social y
defensor(a) de derechos humanos que han tenido un mayor número de
víctimas de violaciones al derecho a la vida.
1. Situación del departamento de Cauca83
Caso Tipo:
Gerson Acosta, faro que guía a Kitek Kiwe
Andrés García
www.verdadAbierta.com
La vida de este líder fue segada el 19 de abril de 2017, momento en el cual
“trascendió al plano espiritual”, desde donde vela por su comunidad. Fue
quien más luchó para que los indígenas desplazados por una de las masa-
cres más crueles perpetrada en el país tuvieran una reparación integral y
pudieran vivir dignamente por fuera de las tierras de sus ancestros.
Hasta los últimos minutos de su vida, Gerson trabajó sin descanso
para lograr la tan esquiva reparación de las 73 familias que se asentaron
en una nca de Timbío, en el centro de Cauca, tras haber sido expul-
sados de sus hogares por paramilitares de las Autodefensas Unidas de
Colombia (AUC) que llevaron muerte y terror a las veredas del Naya,
región montañosa limítrofe con el Valle del Cauca.
83 Capítulo elaborado por Red por la Vida y los Derechos Humanos del Cauca y perl elaborado por
Verdad Abierta.
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¿Cuáles son los patrones?
En la tarde que partió hacia el plano de los espíritus, según la creen-
cia de los indígenas Nasa, estuvo reunido durante largas horas con fun-
cionarios de la Unidad de Víctimas para evaluar cómo marchaba la im-
plementación del plan de reparación que la comunidad construyó años
atrás. El encuentro giró sobre un tema: la instalación de un acueducto
alternativo para la comunidad Kitek Kiwe, que signica Tierra Flore-
ciente en nasayuwe, su lengua ancestral.
Al salir de ese encuentro, que tuvo lugar en el propio resguardo del
cual era su gobernador, Gerson tomó rumbo a su casa a pie y en el ca-
mino se topó con un comunero, un indígena de su comunidad, que le
disparó con una pistola y provocó su prematura partida. Minutos des-
pués el verdugo fue capturado por la Guardia Indígena y juzgado bajo
las normas que amparan la jurisdicción indígena.
El nombre del condenado no trascendió y es mantenido en reserva
para no entorpecer la investigación de la Fiscalía General de la Nación,
pues consideran que hay elementos para creer que personas ajenas a la
comunidad encargaron el asesinato a un nativo, ya que dentro de la co-
munidad no podían alcanzarlo. Debido a sus fuertes denuncias, en las que
pedía justicia para su pueblo y la judicialización de quienes respaldaron
el paramilitarismo en Cauca, Acosta había recibido amenazas de muerte.
Hablar de este líder sacricado obliga a hacer referencia a Kitek
Kiwe, y para detallar a esa comunidad, lamentablemente debe hacerse
lo mismo sobre los hechos que fracturaron la vida de las familias afro e
indígenas que habitaban el Naya.
En la Semana Santa de 2001 alrededor de 200 paramilitares del Blo-
que Calima de las AUC marcharon por las veredas de los tres municipios
que componen esa región montañosa, rica en recursos naturales, ase-
sinando, saqueando viviendas y desplazando a quienes se encontraron
por su camino.
Desmovilizados de las AUC que acudieron al mecanismo de justi-
cia transicional conocido Justicia y Paz como parte de su proceso de
reincorporación a la vida legal, narraron que en los cruentos hechos
perpetrados en el Naya contra las comunidades participaron miembros
del Ejército Nacional, quienes facilitaron el traslado de los paramilitares
en camiones y, además, les proveyeron material de guerra.
Conforme esos comandos ilegales avanzaban por el Naya, más fa-
milias desplazadas se concentraban en Timba, corregimiento de Buenos
Aires, Cauca, en donde instalaron los primeros refugios. Meses después,
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Capítulos regionales
la mayoría de familias indígenas se trasladaron al vecino municipio de
Santander de Quilichao y construyeron albergues en la plaza de toros.
Allí se refugiaron 4 mil nativos Nasa, pero con el paso de los años
la mayoría retornó al Naya sin el acompañamiento del Estado, pero 73
familias resistieron y permanecieron en este albergue, hasta tanto el go-
bierno nacional les diera una solución. Acatando un fallo de tutela, el 18
de enero de 2004, el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural compró
y les tituló la nca La Laguna, en zona rural de Timbío. En este territo-
rio esas familias se convirtieron en una sola y echaron raíces para crear
su nuevo hogar: el Resguardo de Kitek Kiwe.
Durante el éxodo del Naya y la llegada a Kitek Kiwe, el liderazgo de Ger-
son se fortaleció trabajando por la comunidad y enfocó su labor en los niños,
adolescentes y jóvenes. Durante la prolongada instancia en los albergues de
la plaza de toros, utilizó el deporte y la recreación para tratar sus traumas y
que dejaran de lado la idea de buscar venganza y vincularse a grupos arma-
dos, legales o ilegales. Rápidamente avizoró que para garantizar la perviven-
cia de la comunidad el mejor capital era formar nuevos liderazgos.
Su viuda, María Eugenia Vergara, con quién alcanzó a compartir
16 años de matrimonio, considera que fue un psicólogo empírico que
ayudó a sanar heridas: “Él tuvo un acompañamiento constante con los
jóvenes cuando ocurrió el desplazamiento porque muchos estaban re-
sentidos y querían empuñar las armas. Su estrategia fue inculcarles el
deporte y resaltarles la importancia de los valores”.
Ese trabajo es una de las principales labores de Gerson que recuerda
con gratitud Edwin Guetio, uno de sus pupilos más avezados, a quien
logró persuadir para que no se enlistara en el Ejército, y hoy en día, tras
ocupar varios cargos bajo su orientación, es consejero de la Asociación
de Cabildos Indígenas del Norte del Cauca (ACIN), uno de los mayores
cargos de liderazgo Nasa: “Era muy recursivo. Siempre trabajó con la recrea-
ción, el deporte y la comunicación. Ya en Kitek Kiwe se dedicó a lo mismo, pero
a través de la emisora comunitaria Kiwe Estéreo”.
María Eugenia recuerda que lo que más le apasionaba era la música
y el diálogo con la juventud: “Le encantaba hablar con los jóvenes y lo que
dejó sembrado aquí es el despertar de su consciencia. Cuando estamos en algu-
na integración, ellos hablan de que somos una familia, la familia kitekiwence,
conformada por los desarraigados de Pueblo Nuevo Ceral, Cerro Azul y el Alto
Naya. Eso lo dejó inculcado para seguir defendiendo y perviviendo acá”.

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