De la creatividad a la innovación, de la innovación a la propiedad intelectual - Núm. 17, Enero 2013 - Revista La Propiedad Inmaterial - Libros y Revistas - VLEX 735660821

De la creatividad a la innovación, de la innovación a la propiedad intelectual

AutorMaría Cristina Rodríguez R. - William P. Mantilla C.
CargoAbogada de la Universidad Externado de Colombia, magíster en Políticas Públicas de Seguridad, docente, además de coordinadora del Departamento de la Propiedad Intelectual de la Universidad Externado de Colombia - Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Filosofía, asesor y docente en Investigación del Departamento de la ...
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La renovación del pensamiento jurídico es un hecho ineludible, que ha de manifestarse, y en
efecto se expresa, en la legislación, la doctrina, la jurisprudencia, a partir de la determinación
del criterio político, la ideología, la consagración del siguiente nuevo orden social, con ritmo
de variada celeridad, pero en la actualidad, de veras veloz. […] [U]na salvaguarda preciosa
de la unidad y la renovación del instrumental jurídico es, […], para el caso del Code civil,
[…] armonizar su contenido con una civilización ya dos siglos posterior a su nacimiento.
Fernando Hinestrosa1
Varios siglos después de que el derecho romano se preocupara por establecer de
quién era la propiedad de las cosas materiales resultantes de una creación, y de que
en el siglo xviii el estatuto de la Reina Ana hiciera lo propio por la protección de
la creación a través de privilegios para fomentar la cultura y el saber2, la propiedad
intelectual del siglo xxi paradójicamente afronta las mismas preocupaciones, pero
ahora a la inversa, esto es, por exceso y no por defecto.
Entre otros casos, Monsanto Canada Inc. vs. Schmeiser (2004), European Com-
mission vs. Microsoft (2004), Myriad Genetics vs. Association of Molecular Pathology
* Abogada de la Universidad Externado de Colombia, magíster en Políticas Públicas de
Seguridad, docente, además de coordinadora del Departamento de la Propiedad Intelectual
de la Universidad Externado de Colombia. Contacto: [
mariac.rodriguez@uexternado.edu.co].
** Psicólogo de la Universidad Nacional de Colombia, magíster en Filosofía, asesor y
docente en Investigación del Departamento de la Propiedad Intelectual de la Universidad
Externado de Colombia, asesor en Gestión de Organizaciones Educativas. Contacto:
williammantilla@hotmail.com
Fecha de recepción: 23 de septiembre de 2013. Fecha de
aceptación: 3 de octubre de 2013. Para citar el artículo: Rodríguez R., M.C. y Mantilla
C., W.P. “De la creatividad a la innovación, de la innovación a la propiedad intelectual”,
La Propiedad Inmaterial, Nº 17, noviembre de 2013, pp. 283-324.
1. Hinestrosa, Fernando, en Realidades y tendencias del Derecho en el siglo xxi: Derecho
Privado, Bogotá, Pontificia Universidad Javeriana, y Temis, 2010, p. 7.
2. Rengifo García, Ernesto. Propiedad Intelectual. El moderno Derecho de Autor,
Bogotá, Universidad Externado de Colombia, 1996, p. 51.
de la creatividad a la innovacin,
de la innovacin a la propiedad
intelectual
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María Cristina Rodríguez R. y William P. Mantilla C.
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(2013) y Samsung vs. Apple (2013) han llevado al pensamiento jurídico a disyuntivas
ante las cuales se ha quedado sin respuestas asertivas: verbigracia, protección vs.
creación, salud pública vs. salud del mercado, acceso a la información vs. datos
personales, protección vs. agotamiento del derecho, innovación vs. invención,
innovación vs. mejora, guerra de patentes vs. generación de conocimiento, usos vs.
procedimientos, propiedad artificial vs. propiedad inmaterial, propiedad intelectual
vs. competencia. En suma, interés público vs. interés privado.
Todas estas discusiones, propias de la actual economía del conocimiento, es-
cudriñan respuestas en los incentivos que desde épocas pretéritas se han utilizado:
derecho de propiedad y protección de la producción intelectual inherente a la
creación. No obstante, lo que ha sucedido es que el otorgamiento de privilegios
para el goce y disfrute del derecho de propiedad intelectual a quienes lo detentan,
así como las medidas de protección adoptadas para el ejercicio de estos derechos y
la persecución de la piratería, más allá de estimular la creación, la están cercando,
al punto de convertirse en barreras a la generación de conocimiento e innovación.
Cabe aquí la reflexión de que no resulta lógico pensar que los incentivos que
funcionaron para la antigua Roma, e incluso en los tiempos del estatuto de la
Reina Ana, sigan siendo los únicos y los más idóneos muchos siglos después, dado
que se trata de economías distintas, y de estructuras sociales que lo son aún más.
La revisión de la evolución del vocablo “creatividad” da cuenta de estas dife-
rencias. Así las cosas, “Creare” es la voz latina de la que proviene el vocablo “crea-
tividad”, y significa engendrar, producir, crear, en estrecha relación con el vocablo
crescere” que significa crecer3. Esta palabra aparece por primera vez en el Antiguo
Testamento alrededor del siglo xv a.C., en el Libro del Génesis, atribuyéndole a
Dios la creación de todo cuanto existe. “En esta primera etapa precientífica (deno-
minación ofrecida por el alemán Gottfried Heinelt) los creadores son vistos por
el resto de los miembros de la comunidad como una especie de hombres sagrados,
poseídos por un dios”4.
En la obra Historia de seis ideas, Wladyslaw Tatarkiewicz5 afirma: “Los
Griegos no tuvieron términos que se correspondieran con los términos ‘crear’ y
‘creador’”, de lo que varios autores derivan que no existieron dentro del vocabulario
las expresiones “crear”, “creador” o “creatividad”, no obstante existir el concepto de
artista, pues éste, dado que debía regirse por un conjunto de reglas, entre las cuales
estaba la de acercarse lo mejor posible a la realidad que se quería representar, era
aquella persona que con mayor destreza aplicaba dichas normas, es decir, quien
tenía un gran logro técnico sin importar de ningún modo la creatividad del mismo.
3. Cfr. [http://etimologias.dechile.net/?crear].
4. Cfr. [http://tesis.ula.ve/pregrado/tde_busca/arquivo.php?codArquivo=1084].
5. Tatarkiewicz, Wladyslaw. Historia de seis ideas. Arte, belleza, forma, creatividad,
mímesis, experiencia estética, presentación de Bohdan Dziemidok, trad. de Francisco
Rodríguez Martín, 6.ª ed., Tecnos, 1997, p. 297.
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Es así como “[l]a creatividad en el arte además de imposible, era indeseable
para los griegos”6, quienes, de otra parte, para explicar el arte lo hacían a partir de
la “mimesis” (copia, imitación), bajo el entendido de que la obra de arte trataba de
imitar o representar lo que querían decir diferentes realidades, pero no como simple
imitación, sino como algo más complejo, pues el arte para los griegos era un nivel
distinto de ser de la realidad, era un nivel ontológico diferente. Esta concepción se
refleja en Platón y Aristóteles. Para el primero, el arte corresponde a un grado
inferior de las ideas platónicas con connotación negativa, en tanto que es una
imitación y está en un grado más bajo del ser o de la realidad. Para este filósofo
el artista engaña, pues sus trabajos representan un grado más bajo de la realidad y
de las ideas. Para Aristóteles sucede lo contrario, pues para él, el arte sí está en un
grado distinto de la realidad, pero en un nivel superior, porque de alguna manera
permite visualizar cosas de nuestra realidad inmediata y entenderlas mejor7.
En la antigüedad, según Ernesto Rengifo,
La concepción romana no incorporó en absoluto la idea de creación en sentido propio,
sino que aplicó a su régimen jurídico el concepto de specificatio1. El derecho romano se
preocupó por saber de quién era la propiedad de la cosa material que resulta de escribir
o dibujar en papel ajeno, pero no de proteger la creación en cuanto tal. La pintura fue
mirada como un caso de accesión de cosa mueble a mueble, y a la transformación de
una materia en producto nuevo por obra del ingenio humano se le aplicó un modo
de adquirir la propiedad: la especificación8.
En la edad media el vocablo “creatio” no estuvo referido a las actividades huma-
nas, sino a las de Dios, circunstancia que dio un giro total en el Renacimiento.
Según Tatarkiewicz, los hombres de este período fueron plenamente conscientes
de su independencia, libertad y creatividad propias, por lo cual los escritores del
Renacimiento se dieron a la tarea de buscar la voz más acertada para expresar esta
independencia y libertad. Así, fueron probados diversos vocablos, como “excogi-
tatio” (referido a inventar), “preordinazione” (preordenación), “finzione (ficción),
formatura” (forma), “transformación” (“transfigurazione”); sin embargo, según este
autor, en el siglo xvii, el poeta y teórico polaco Maciej Kazimierz Sarbiewski9 fue
quien por primera vez se aventuró a invocar la expresión al afirmar que el poeta no
solo inventa (de “invenire”, “encontrar”, “descubrir”), sino que “crea algo nuevo”:
de novo creat, añadiendo que el poeta crea “tal y como lo hace Dios” (instar Dei)10.
6. [
http://vereda.ula.ve/historia_arte/gris_liquido/gris_liquido6/creativ/creatividad.htm].
7. Seminario Anual. “Una introducción temática a la Filosofía: Filosofía del Arte”,
décima séptima conferencia, profesor Luis Eduardo Gama, Centro de Investigaciones
en Derecho Penal y Filosofía del Derecho, Universidad Externado de Colombia, 31 de
agosto de 2013.
8. Ob. cit., p. 51.
9. Poeta polaco 1595-1640, llamado “El par de Horacio”.
10. Tatarkiewicz, ob. cit., p. 283.

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