Diagnóstico diferencial entre las experiencias espirituales y psicóticas no-patológicas y los trastornos mentales: una contribución al ICD-11 desde los estudios latinoamericanos - Ciencia y religión: Horizontes de relación desde el contexto latinoamericano - Libros y Revistas - VLEX 454126974

Diagnóstico diferencial entre las experiencias espirituales y psicóticas no-patológicas y los trastornos mentales: una contribución al ICD-11 desde los estudios latinoamericanos

AutorAlexánder Moreira - Etzel Cardeña
Páginas263-290
Capítulo XII • Diagnóstico diferencial entre las experiencias... 263
Introducción
Existe un número creciente de estudios que muestran que entre la
población general son bastante comunes las experiencias psicóticas,
disociativas y de carácter inusual1. Sin embargo, la mayoría de las
personas que tienen esta clase de experiencias no presentan un des-
orden de tipo disociativo o psicótico2. Así, parece que las personas
que tienen experiencias psicóticas conforman un grupo heterogéneo,
en el cual sólo algunos sufren algún tipo de patología. En efecto, a
lo largo de la historia se han reportado casos de alteración de la con-
ciencia los cuales, si bien pudieran ser interpretados como desórde-
nes psicóticos, han sido valorados como de un importante significado
personal y social. Estos eventos continúan siendo hoy una fuente de
inspiración en las artes, la literatura, la religión y otras áreas de la cul-
1 A pesar de que el adjetivo “psicótico” se utiliza típicamente para referirse a desórdenes
mentales severos, ciertas experiencias normalmente consideradas como psicóticas, tales
como las alucinaciones, los pensamientos insertados y las experiencias de pasividad, no
son necesariamente patológicas. Casos semejantes podrían ser mejor agrupados bajo un
término más neutral como “experiencias anómalas”. Cf. E. Cardeña, SJ Lynn, S. Krippner,
Varieties Of Anomalous Experience: Examining The Scientific Evidence (Washington DC:
American Psychological Association, 2000.) Sin embargo, en este artículo hemos opta-
do por seguir a Jackson y Fulford. Cf. M. Jackson y KWM Fulford, «Spiritual experience
and psychopathology», en Philos Psychiatr Psychol 4, 1 (1997):41-65; y utilizar el término
“fenómeno psicótico” o “experiencia psicótica” en un sentido amplio para referirnos tanto
a las experiencias patológicas como a las no patológicas. En adelante nos referiremos a una
“experiencia psicótica” patológica con el término “síntoma psicótico”.
2 E. Cardeña, R. Lewis-Fernández, D. Bear, I. Pakianathan, D. Spiegel, «Dissociative disor-E. Cardeña, R. Lewis-Fernández, D. Bear, I. Pakianathan, D. Spiegel, «Dissociative disor-
ders», en American Psychiatric Association - DSM-IV Sourcebook. Washington: American
Psychiatric Press, 1994; R. Lewis-Fernández «A cultural critique of the DSM-IV Dissociative
Disorders section», en Transcult Psychiatry 35 (1998): 387-400; C.A. Ross, S. Joshi, R. Currie,
«Dissociative experiences in the general population», en American Journal Psychiatry 147, 11
(1990):1547-52. R. Nuevo, S. Chatterji, E. Verdes, N. Naidoo, C. Arango, JL. Ayuso-Mateos,
«The continuum of psychotic symptoms in the general population: a crossnational study»,
en Schizophr Bull (2010) http://schizophreniabulletin.oxfordjournals.org.
Alexánder Moreira y Etzel Cardeña (traducido por Carlos Miguel Gómez)
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tura3. Debido a que la mayoría del conocimiento que tenemos acerca
de tales experiencias se basa en casos clínicos (en los que los pacien-
tes han sido hospitalizados), contamos con una comprensión muy
insuficiente acerca de las implicaciones de estos fenómenos para la
población que no sufre de alguna patología mental. Muchos psiquia-
tras en el mundo entero no son aun conscientes de los descubrimien-
tos recientes realizados en la población general y carecen de criterios
y lineamientos clínicos adecuados para comprender los casos en los
que las personas manifiestan haber tenido experiencias inusuales
o pseudopsicóticas, las cuales no están realmente relacionadas con
desórdenes patológicos. Evidentemente, esta situación genera un alto
riesgo de diagnóstico errado así como de daño iatrogénico.
El estudio de las relaciones entre la salud mental y la espiritualidad
es un campo que apenas está emergiendo en la psiquiatría. En esta
área, las experiencias espirituales han sido poco investigadas. Sin duda
necesitamos una mejor comprensión de este fenómeno desde el pun-
to de vista clínico, pues algunas experiencias espirituales pueden ser
confundidas con episodios psicóticos, en tanto que ellas envuelven
experiencias visionarias y trascendentes que pueden ser interpretadas
como síntomas de esquizofrenia. Por otra parte, existen pacientes psi-
cóticos que presentan síntomas de naturaleza religiosa o espiritual4.
Respondiendo a estos problemas, el DSM-IV introdujo una nueva ca-
tegoría de diagnóstico denominada «Problemas religiosos y espiri-
tuales», la cual provee un foco de atención clínica que hace posible
la valoración de experiencias religiosas y espirituales dentro de una
evaluación psiquiátrica, sin prejuzgarlas como necesariamente pato-
lógicas. De acuerdo con Lukoff, Lu y Turner, los problemas religiosos
son aquellos conflictos relacionados con la fe y la doctrina, como por
3 E. Cardeña, M. Winkelman (ed.), Altering consciousness. A multidisciplinary perspective.
v.I, History, culture, and the humanities, Praeger Publishers, en prensa 2011; S. Krippner,
«Humanity’s first healers: psychological and psychiatric stances on Shamans and shaman-
ism», en Rev Psoqioatr Clin 34, suppl. 1 (2007): 17-24.
4 H.G. Koenig, «Religion, spirituality and psychotic disorders», Rev Psiquiatr Clin 34, suppl.
1 (2007): 40-8; A. Stroppa, A. Moreira-Almeida, «Religiosidade e espiritualidade no trans-
torno bipolar do humor», Rev Psiq Clin 36, 5 (2009): 190-6.

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