Editorial. - Vol. 24 Núm. 1, Enero 2012 - Revista Desafíos - Libros y Revistas - VLEX 635203209

Editorial.

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En los anos 80 del siglo pasado el tema de la democracia conoció un auge sin precedente en América latina, tanto en la actualidad sociopolítica como en las ciencias sociales. El hecho era inédito. En las décadas anteriores los regímenes autoritários habían beneficiado del apoyo o por lo menos de la pasividad de sectores significativos de las sociedades nacionales.

El giro de los 80 se explicó primero por el contexto internacional: olas de democratización se sucedieron en el Sur de Europa, América Latina y Europa Oriental. Es así como en la región el proceso fue, en parte, el producto de la presión del discurso internacional de la democracia y, por tanto, de una imposición que buscaba, a la vez, la transformación del modelo latinoamericano de desarrollo.

Sin embargo, aspiraciones y factores internos contribuyeron también al despertar democrático. Las propias elites políticas y militares cambiaron de actitud, viendo en la democracia una manera más segura de defender sus intereses (Hagopian, 2005). Otros sectores sociales se posicionaron a favor del cambio democrático. Por cierto, no se tenía una concepción homogénea de la democracia. Se planteó un modelo muy restrictivo de democracia electoral y procedimental, al cual respondieron reivindicaciones de ampliación de la participación ciudadana y de defensa de los derechos de los grupos sociales más vulnerables. Pero, si bien proyectos políticos distintos y hasta antagónicos levantaron la bandera de la democracia, hubo un momento --por lo menos parcial-- de encanto democrático. Por un lado, incluso considerando que no tenía vocación a resolver todos los problemas, la democracia era considerada como un régimen político deseable per sé. Por otro lado, se proyectaban en ella promesas de desarrollo económico, de justicia social y de integración política que la convirtieron mágicamente en una solución milagrosa para todo.

Hoy existen evidencias de un cierto desencanto democrático en América Latina, el cual define primero una percepción, pero se explica también por la situación de las democracias de la región. Encuestas recientes de opinión han mostrado la ambivalencia de la percepción ciudadana de las democracias de la región (PNUD: 2004; Latinobarómetro: 2008; Barómetro Iberoamericano de Gobernabilidad: 2009). Sigue existiendo una amplia adhesión a la democracia que no deja de ser moderada por la relación ambigua de los encuestados con los valores y contenidos concretos de la democracia. Se expresa...

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