Los orígenes de un principio: breve relación sobre el concepto de tolerancia - Núm. 8, Noviembre 2006 - Ambiente Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 216644397

Los orígenes de un principio: breve relación sobre el concepto de tolerancia

AutorGiorgio Federico Siboni
1. Iconología de la tolerancia

En un fresco sobre una pared123 de las Habitaciones Vaticanas en los Palacios Apostólicos de Roma, Raffaello Sanzio ha plasmado la imagen de una joven, una bellísima mujer, que entre los diáfanos dedos de una mano, aprieta una vela, o un cirio.

La llama del cirio arde y la vela se derrite, visiblemente, mientras la cera –que el observador imaginará calientísima- cae, se derrama por la muñeca de la joven: la cera cae, caliente, y el semblante de la mujer permanece imperturbable, sonríe con aquella mirada de espiritual y aireada serenidad típica de las figuras femeninas de Sanzio y más en general de la pintura del Renacimiento italiano.

En la intención de la comitiva pontificia y en aquella de Raffaello, la doncella que hemos descrito simboliza –según el sistema de alegorías tan importante en la antigüedad y de manera marcada en la pintura de género religioso y moral- la mansedumbre, o mejor, ya que ésta estaba por la sola estampación con un anillo visible, representa la Tolerancia, del latín tolerantia, o sea “soportar”.

Tolerancia en este caso es para la Iglesia romana por siglos, no sólo el padecimiento del cuerpo, viendo la cera hirviente que se derrite, pero también y sobre todo de las persecuciones del espíritu. Un concepto éste católico-cristiano, que lleva al hombre, al mártir o al testigo, a rendir precisamente testimonio de la Fe hasta la muerte, soportando, tolerando por tal razón con serenidad cada persecución, cada tortura infligida. Éste es el concepto moral que la Iglesia Católica, en el pasado, dio siempre en relación con el principio de la Tolerancia.

Más en general, hoy, con tal término se entiende, en el campo ético, político, religioso la norma que reconoce, sin algún límite, la convivencia entre más fieles y confesiones y la actitud de recíproco respeto también entre aquellos que, por profesar convicciones o ideologías contrarias, reconocen a los otros el mismo derecho.

A tal principio le ha costado mucho sostenerse a través de los siglos y su conquista ha ocurrido al precio de luchas y de muchos sacrificios, sólo gradualmente y ni siquiera uniformemente en todo el mundo. Los antiguos romanos practicaban la tolerancia de las religiones y de las costumbres de los pueblos que sometían, con tal de que estos últimos prestasen no obstante el debido culto a la Diosa Roma y respetasen a la par las leyes romanas, pagando regularmente...

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