El incierto crecimiento económico colombiano - Núm. 64, Junio 2017 - Apuntes del CENES - Libros y Revistas - VLEX 691283069

El incierto crecimiento económico colombiano

AutorLuis E. Vallejo Zamudio
CargoDirector revista apuntes del cenes

Uno de los objetivos de política económica más importantes en cualquier país es el crecimiento económico. Su importancia radica en que si la producción aumenta, las rentas serán más altas mañana y las generaciones futuras alcanzarán mayores niveles de bienestar material. De igual manera, si crece la economía -manteniendo constante la estructura tributaria-, el Gobierno obtendrá mayores ingresos fiscales, dispondrá, por lo tanto, de más recursos para financiar un gasto social más elevado y, de esta forma, podrá combatir la pobreza y satisfacer una serie de necesidades básicas. Así mismo, si crece la economía, se aprovechan mejor los recursos productivos y, por consiguiente, el nivel de empleo se incrementa.

Algunas corrientes de pensamiento económico (keynesianos, neoclásicos, neoliberales, entre otros) conciben el crecimiento económico como si fuera desarrollo económico, y plantean que a medida que crece la economía, toda la población se beneficia, lo cual es discutible, más aún en economías como la colombiana donde la desigualdad tiende a persistir.

Si el desarrollo económico hace referencia al bienestar de la población, en el que deben estar presentes no solo los aspectos económicos, sino también, los sociales, los culturales, los políticos y, últimamente, los ambientales, entonces considerar el crecimiento como desarrollo es reducir un concepto multidimensional a lo meramente económico. Autores como Amartya Sen consideran que el desarrollo es “un proceso de expansión de las libertades reales de que disfrutan los individuos”. Para el economista indio, las libertades humanas son las determinantes, y el crecimiento del producto nacional bruto o de las rentas personales es un medio muy importante para extender las libertades de que goza una población, pero no sintetiza el desarrollo.

En el caso colombiano, el crecimiento de la economía ha presentado en los últimos seis años un descenso: en 2011 creció en 6,6 por ciento y en 2016 cayó al 2 por ciento. Pero el descenso más notable comienza a partir del 2015, cuando la economía creció 3,1 por ciento, lo que coincide con la caída pronunciada de los precios del petróleo: mientras en junio de 2014, el barril se cotizó en 115 dólares la variedad Brendt (referencia para Colombia), en marzo de 2015 el precio se desplomó a 55 dólares, incluso, el 28 de enero de 2016 el crudo bajó a 44,4 dólares el barril. De hecho, a partir del 2012, también se reduce el precio de otros commodities, posible...

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