Invasiones por goteo. Historia de una movilización improbable (1979-1990) - - - Política en los márgenes. Asentamientos irregulares en Montevideo - Libros y Revistas - VLEX 800964009

Invasiones por goteo. Historia de una movilización improbable (1979-1990)

AutorMaría José Álvarez Rivadulla
Páginas63-84
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Invasiones por goteo. Historia de una
movilización improbable (1979-1990)
E ,  emisora de radio independiente y colectiva dirigida por la
periodista Graciela Salsamendi, quien había regresado a Uruguay después de
catorce años de exilio, grabó una s erie de programas sobre los cantegriles de la
ciudad. Los periodistas quería n retratar los extremos: por un lado, las privacio-
nes, y por otro lado las expresiones de solidaridad y organiz ación presentes en
esos barrios informa les. Como muchos profesionales de izquierda de la época ,
marcados por los once años de dictadura, encontraron cierta fa scinación en los
cantegriles y sus personajes. Veían en ellos el extremo de las desig ualdades del
sistema capitalista y, al mismo tiempo, una forma de resistencia anarquista o
basista que no estaba contaminada por las lóg icas instrumentales y jerárquicas
de los partidos políticos y el Estado. Muchas de esas entrevistas se centraron
en la gura épica del padre Cacho, un sacerdote católico que tomó una opción
preferencial y radical por los pobres, y se fue a vivir en un cantegril en los
suburbios de Montevideo, cambiando la vida de muchos individuos, famil ias y
barrios desposeídos. Él fue u n ser excepcional, según lo recuerdan sus biógra-
fos y los residentes. También fue parte de cambios más amplios y de tensiones
internas de la Iglesia católica en América Lati na, antes y durante los regímenes
militares del Cono Sur. Uno de esos sacerdotes comprometidos que sintieron
que la Iglesia no debía tolerar la injusticia social, y que su principal papel est aba
al lado de los más pobres. Aunque no fue un miembro declarado de la Teología
de la liberación, formó parte de la rama de la Iglesia católica que abrió a lgunos
espacios de movilización cua ndo el Estado los reprimía por doquier.
En una de las entrevistas, S alsamendi grabó a Esther, una elocuente resi-
dente de un cantegril, quien resumió su percepción sobre el efecto que tuvo
el padre Cacho sobre los individuos y las colectividades:
    
El padre Cacho nos hizo despertar a la vida. Estábamos dormidos, como
con una venda sobre los ojos. […] Antes yo era egoísta, mezquina […].
El padre nos hizo sentir más cristianos, que la vida no es ser egoísta
porque no ganás nada, lo que ganás es encerrarte en tu casa y aislarte
[…]. También somos parte de Movide, el Movimiento por una Vida
Decente, y presentamos un proyecto a Holanda [para nanciación]
[…]. Las personas participan y son felices. Ahora es diferente. (Esther,
de la “comunidad” de Santa María)
Aunque San Vicente, la  fundada por el padre Cacho, aún funciona y
tiene muchos proyectos y gran presencia en el barrio, el nivel de la organiza-
ción de los cantegriles alcan zado entre 1980 y 1987-1989 no tiene parangón.
Las invasiones por goteo han sido invisibles para el Estado y los políticos,
con excepción de visitas esporádicas durante los períodos electorales o de
violentos patrullajes de la policía, que son parte de la v ida cotidiana de los
barrios (razzias). Sin embargo, alcanzaron tanta importancia como movi-
miento hacia nales del régimen militar, que, durante la transición, fueron
una de las organizaciones de la sociedad civ il invitadas a participar en las
consultas multipartidistas de 1984-1985, conocidas como la Concertación
Nacional Programática (Conapro).
El retorno de los partidos políticos después de once años de dictadura, en
una sociedad tan par tidocrática, hizo que otros actores desaparecieran, inclu-
yendo el Movide. La primavera de la movilización, que comenzó en 1980 con el
plebiscito en contra de la dictadura, empezó a decaer al rededor de 1985, primer
año del gobierno democrático. Además, una política concreta implementada
por el primer gobierno municipal del Partido Colorado redundó en la desmo-
vilización de las organizaciones barriales (Canel, 1992), y con el retorno de
la democracia muchas  que fueron activas en las organizaciones de base
perdieron su nanciación externa. Por último, y esto es part icularmente impor-
tante para la movili zación de los cantegriles, la Iglesia cambió de orientación a
comienzos de los ochenta. Su opción preferencial por los pobres perdió fuerzas
con el retiro en 1985 del arzobispo de Montevideo, Carlos Parteli.
En este capítulo describo la movil ización de los cantegriles montevideanos
alrededor de 1980. Una alineación particular de causas hizo posible que se
diera una moviliz ación improbable. La llamo improbable porque fue única en
la historia de la ciudad informal en Montevideo, puesto que involucró en la
movilización a los más pobres entre los pobres, cuyas necesidades di cultan
Programa de radio Testimonios, entrevista con Esther por Graciela Salsamendi, circa .
Archivo del Centro de Estudios Interdisciplinarios Uruguayos (), Facultad de Humanidades,
Universidad de la República (Cantegril I, bloque ).

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