La medicina general y la especializada
Autor | José de los Ríos Osorio |
Cargo | Médico |
Páginas | 112-113 |
112
Cartas al editor
RHS. Revista. Humanismo. Soc. 6(2): 112 - 113, 2018
La medicina general
y la especializada
https://doi.org/10.22209/rhs.v6n2a08
Al comenzar los años noventa de la cen-
turia anterior el Estado debería atender
en sus servicios asistenciales el 75 % de la po-
blación de la que a duras penas cubría un 35 o
40 %; el 25 % restante lo atendía el Seguro Social
y otras instituciones y más o menos un 10 % te-
nía capacidad de pago de los mismos. Con las
leyes 10/90 y 100/93 se estructuró el Sistema
de Seguridad incluyendo la asistencia sanitaria.
No es un secreto que los avances en ciencia y
tecnología, a partir de los años cincuenta del si-
glo anterior hasta el presente superan casi de
manera innita los conocimientos acumula-
dos hasta entonces. Esos avances requirieron
de recursos humanos más preparados, algo
que fue bien evidente para quienes estudiamos
medicina entre 1950 y 1975; se pasó de la me-
todología francesa del ejercicio profesional a la
norteamericana; dejando a un lado la medicina
general prestada por médicos generales y espe-
cialistas en la práctica, a la medicina especiali-
zada ejercida por los especialistas formados en
la academia, lo que no debería ser así porque la
llave de la puerta de entrada a cualquier siste-
ma de salud la tiene el médico general.
Con los avances en medicina, entre muchas
cosas, por ejemplo, quedaron atrás los méto-
dos invasivos de diagnóstico y la mayoría de
las pruebas de laboratorio clínico fueron siste-
matizadas; de las imágenes estáticas de la ra-
diología se pasó a la ecografía, a la tomografía
y a la resonancia magnética. Los instrumentos
endoscópicos rígidos se sustituyeron por los de
bra, flexibles y con menos riesgos para el pa-
ciente; con apoyo en estos instrumentos se ha
desarrollado la cirugía endoscópica, con bajos
riegos y baja morbilidad, técnica a la que todos
los días se recurre con más frecuencia hasta
para los más complejos procedimientos y, con
el apoyo de los sistemas se ha llegado a la te-
lemedicina. Cada día son menos los procedi-
mientos quirúrgicos a cielo abierto.
Es evidente la producción de medicamentos
más ecaces con dosicación más precisa. La
industria farmacéutica sigue siendo una de las
más poderosas de la economía, pero los costos,
especialmente en nuestro país, frenan su apro-
vechamiento y abren el campo a la proliferación
de fármacos inocuos o de dudosa calidad.
Todo esto está muy bien, los citados avances y
otros aspectos del desarrollo en lo concerniente
a los cuidados reparativos de la medicina han
logrado incrementar la expectativa de vida; han
desparecido algunas enfermedades con la pro-
tección especíca que dan las vacunas, y otras
acciones propiciadas por diferentes sectores
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