La compulsión por recordar, culparse y exculparse en El lector - Núm. 2005, Enero 2005 - Precedente. Anuario Jurídico - Libros y Revistas - VLEX 416493742

La compulsión por recordar, culparse y exculparse en El lector

AutorFederico Escobar Córdoba
CargoGraduado en Literatura Inglesa en la Universidad de Tulane. Abogado de la Universidad Icesi. Profesor en la Universidad Icesi
Páginas113-131
LA COMPULSIÓN POR RECORDAR, CULPARSE, Y
EXCULPARSE EN EL LECTOR
FEDERICO ESCOBAR CÓRDOBA
The book that projects Bernhard Schlink´s fame as a novelist is analyzed in this
article which studies its plot and demonstrates the importance of two ideas.
The first is that memory, which so influences the present, is scarcely reliable.
The second, most importantly, is the idea of guilt linked to the complex and
age-old problem of establishing whether it is reasonable to admit that guilt is
transmitted from generation to generation. Both ideas are fundamental in all
of Schlink´s literary works.
1. Memory and Truth 2. Transmission of Guilt
El lector ha sido un éxito editorial de tal magnitud que quien se acerque
al texto probablemente lo hará por recomendación de otro, y tal vez lo hará
dotado de alguna idea sobre el contenido de la obra. No obstante, quien
tome la versión en español por primera vez notará en la portada una imagen
en sepia de una mujer desnuda, y, en primer plano, un libro abierto sobre el
cual se impone un objeto con una pequeña suástica dorada. Esta intimación
causará cierta perplejidad en los lectores, pues la suástica sólo adquiere sentido
casi en la mitad de la novela. Otras ediciones no causan el mismo impacto:
la portada estándar de la traducción al inglés1 muestra un pequeño ramo de
flores reposando sobre un libro abierto; el original en alemán2 muestra un
atropellado cuadro, del estilo de Edvard Munch, retratando una esquina en
la que confluyen varios vehículos y transeúntes anónimos.
1 Bernhard Schlink, The Reader. Tr. Carol Brown Janeway. New York: Vintage (1998).
2 Bernhard Schlink, Der Vorleser. Zurich: Diogenes Verlag (1995).
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La inclusión de la suástica es, de hecho, algo injusta con el desarrollo del
libro, proyectando una sombra no invocada. La novela empieza con el inocente
recuento de un niño que a los quince años tuvo que recluirse durante meses a
causa de hepatitis. La primera manifestación de la enfermedad lo sorprende en
la calle, haciéndolo estallar en vómito. Una señora lo ayuda a recomponerse
y a limpiar la calle, y lo acompaña a su casa. Al mejorarse de la enfermedad,
Michael Berg visita a la señora, Hanna Schmitz, para agradecerle. Durante esta
conversación, Hanna entra a un cuarto a cambiarse, y la arquitectura de la
escena permite que Michael la observe mientras ella se pone las medias; Hanna
lo descubre, y él desaparece corriendo. A la semana, Michael vuelve a la casa
de Hanna, y en esa ocasión empieza un romance que durará varios meses. Los
episodios diarios de la relación evolucionan hasta incluir un tiempo en el que
Michael le lee a Hanna, en voz alta. Ella muestra mucho interés, y se involucra
con la trama y los personajes. Michael se entusiasma también, y las sesiones
de lectura continúan a lo largo de la relación. El noviazgo se torna torpe en la
medida en que Michael se afianza como adolescente, pero no se extingue por
ninguna razón distinta a que un día Hanna súbitamente desaparece.
Michael queda marcado por su contacto con Hanna, y adquiere una serie
de actitudes y deseos que lo hará poco menos que desagradable. En sus pare-
jas, por ejemplo, siempre desprecia el hecho de no encontrar a Hanna, y en
su trato con la gente pretende imponer un aire de superioridad y distancia.
Michael decide estudiar derecho, y forma parte de un grupo de estudiantes
que busca hacer una revisión del pasado mediante el escrutinio de los pro-
cesos adelantados contra agentes del nacional-socialismo. Asistiendo a una
audiencia, Michael descubre que una de las acusadas es Hanna; la acusación:
haber causado la muerte de docenas de mujeres que, durante las marchas del
final de la guerra, fueron incineradas en una iglesia impactada por una bomba.
Michael se presenta a todas las audiencias.
Así emerge en la trama de la novela la suástica que la edición en español
retrata en la portada. El hecho de haber retenido la incidencia del nazismo
hasta la mitad del desarrollo de la obra es esencial para el efecto dramático
de la novela, y se asocia con dos ideas que, según la presentación breve que
hago en este escrito, son fundamentales no sólo en El lector sino en toda la
prosa de Bernhard Schlink.
La memoria.
Iniciemos con la idea de la memoria. Es evidente que, al escribir la novela,
Michael ya conocía la acusación que terminaría aprisionando a Hanna. Sin

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