The Krapp Archive: Documentary Memory as a Montage of the Past/El archivo Krapp: la memoria documental como montaje del pasado. - Vol. 42 Núm. 1, Enero 2019 - Revista Interamericana de Bibliotecologia - Libros y Revistas - VLEX 773085961

The Krapp Archive: Documentary Memory as a Montage of the Past/El archivo Krapp: la memoria documental como montaje del pasado.

AutorAraujo, Juan Facundo

1. Las formas traumaticas de la historia y la memoria

Uno de los personajes de la celebre novela de James Joyce de 1922, Ulysses, entiende perfectamente esa pesadilla en la que puede llegar a convertirse la historia. "History, Stephen said, is a nightmare from which I am trying to awake" (Joyce, 2010, p. 32). El "archivo Krapp" es esa misma pesadilla que comienza a emerger desde el inicio de la quinta obra dramatica del escritor irlandes Samuel Beckett (2006), Krapp's Last Tape de 1958. Esta obra de teatro consta de un solo acto y fue escrita, originalmente, en ingles (cabe mencionar que Beckett era un autor bilingue). Inicialmente, Beckett la intitulo Magee Monologue, debido a que el monologo que atraviesa toda la pieza teatral fue pensado para el actor norirlandes Patrick Magee. Publicada por el Evergreen Review (verano de 1958), su estreno data del 28 de octubre de 1958 en el Royal Court Theatre de la ciudad de Londres; dirigida por Donald McWhinnie y protagonizada por el mismo Patrick Magee. El unico personaje de la obra, un anciano decrepito de 69 anos de edad llamado simplemente Krapp, ingresa en ese oscuro mundo que representa el relato de su propio pasado apenas comienza a escucharse en la cinta magnetica numero 5. La voz de un joven Krapp de 39 anos de edad ciertamente lo perturba. En un ataque de ira, Krapp termina arrojando con violencia las otras cintas magneticas a su alcance y el libro de anotaciones que estaban sobre la mesa donde el permanece.

CINTA: [voz recia, algo solemne, indudablemente la voz de Krapp en una epoca muy anterior]: Treinta y nueve anos hoy, fuera como un [al querer acomodarse mejor hace caer una de las cajas, suelta una palabrota, desconecta el aparato, barre con violencia cajas y libros, que caen al suelo, hace retroceder la cinta hasta el punto de partida, vuelve a poner en marcha el aparato y adopta de nuevo la postura anterior]. (Beckett, 2006, p. 304)

Ante su propio archivo, Krapp se encuentra interpelado por una memoria registrada y su ajustada reinterpretacion de aquel pasado. Esta obra de Beckett abre camino a una cuestion clave en la historiografia: la relacion pasado-presente. Krapp convierte a esa autoconmemoracion registrada (la fecha de su propio cumpleanos) en una rutina que se repite invariablemente cada ano. Krapp se propone dejar testimonio de su vida en ese instante de recuerdo y en ese registro; una cierta obsesion que parte del presente. Sin embargo, algo ha cambiado: el anciano de 69 anos percibe que esa rutina conmemorativa tiene sintomas del duelo. Lo "memorable" surge asi de un quiebre. Elizabeth Jelin (2017) comenta lo siguiente acerca de la relacion memoria-presente: "En verdad, la memoria no es el pasado, sino la manera en que los sujetos construyen un sentido del pasado, un pasado que se actualiza en su enlace con el presente y tambien con un futuro deseado en el acto de rememorar, olvidar y silenciar" (p. 15). A partir de la frase de Jelin, podemos agregar la arista del futuro. Especificamente, esa ultima cinta que Krapp graba como una forma de clausurar su obsesion conmemorativa en pos de arrojar su ultimo testimonio a un futuro incierto. Las expectativas hacia el futuro tambien moldean las interpretaciones del pasado y formulan otros significados a ese tiempo que se ha fugado, pero que es rescatado, ciertamente, por el presente. Krapp se encuentra frente a la puerta del montaje y del engano que se reproduce en esa cinta: "CINTA: Treinta y nueve anos hoy, fuerte como un roble, aparte de mi viejo punto debil, e intelectualmente tengo mis razones para suponer que ... (vacila) ... que he alcanzado la cresta de la ola, o casi" (Beckett, 2006, p. 304). Del espanto de su propio archivo, Krapp intenta salirse de una forma paradojica, ya que genera una nueva cinta, la ultima pesadilla que sera escuchada en el futuro, no sabemos muy bien por quien.

La memoria como representacion del pasado se forja en el presente. Segun afirma Enzo Traverso (2011), "La memoria se conjuga siempre en presente, lo que determina sus modalidades: la seleccion de los acontecimientos cuyo recuerdo es preciso conservar (y de los testigos que hay que escuchar), su interpretacion, sus lecciones, etcetera" (p. 18). La experiencia del ahora recupera la experiencia pasada e incorpora los acontecimientos en concordancia con las nuevas expectativas que reclama ese aqui-ahora. A esa huella que se visualiza en la insoportable orilla del recuerdo, emerge no tanto por su caracter inmanente sino mas bien, por un pedido externo. El presente destierra la porcion del pasado acorde con sus herramientas y empeno. "A menudo, sin embargo, pasados que parecian olvidados definitivamente reaparecen y cobran nueva vigencia a partir de cambios en los marcos culturales y sociales que impulsan a revisar y reconocer huellas y restos a los que no se les habia otorgado significado durante decadas o siglos" (Jelin, 2017, p. 16). Aquello que le da sentido a un pasado, ese nosotros, se reduce en Krapp a una autobiografia, al acontecimiento vivido en carne propia y detenido en cintas magneticas. El trabajo de duelo adopta una nueva figura constituida en el testigo. Krapp rubrica su propio pasado y su testimonio alli inscripto. Krapp certifica su propio duelo. Este es el eje del conflicto que transita por todo el texto de Beckett. El propio Krapp se constituye como una fuente documental mas en disputa con sus registros. En ese contraste, hay una crisis en su propio sistema de representacion del pasado: ?cual es el Krapp del pasado?, ?aquel inserto en las cintas?, ?o el anciano que atestigua esa memoria registrada? En ese ejercicio de escuchar aquel timbre de voz juvenil, Krapp intenta apelar a un pasado aseptico. Algo, ciertamente, imposible por su calidad de testigo de sus propios actos. Eso que enferma tanto a Krapp se traduce en una pugna con lo acontecido. El relato del pasado para Krapp supone una verdad y, ante esa prueba documental, el no puede alegar falso testimonio. La imagen depositada alli no puede ser rebatida a menos que el Krapp del presente asi lo disponga. La obra de Beckett nos muestra una senal valiosa: la memoria, no importa el alcance del registro que la capture totalmente, esta siempre abierta. En proceso. La fuente documental que Krapp consulta no presiente el peligro de la inmovilidad. "La memoria es una construccion, siempre filtrada por conocimientos adquiridos posteriormente, gracias a la reflexion que sigue al acontecimiento, gracias a otras experiencias que se superponen a la primera y modifican el recuerdo" (Traverso, 2011, p. 23).

El mismo inconveniente aqueja al historiador y a su metodo tradicional de hacer historia. El testimonio ha agitado el...

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